La educación privada se apunta una

Justicia Social

Con una agresiva defensa por parte del presidente de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, Manuel Fernós, la organización de estudiantes de distintas universidades privadas en el colectivo “No al IVA Universitario” y la organización UPE, y con la amenaza de una marcha con muchos colegios y escuelas privadas este sector se apuntó una victoria el viernes pasado.

El Gobernador, Alejandro García Padilla, anunció, luego de varias semanas de debates en los medios, que la educación privada sería excluida del cobro del IVA. La amenaza de imponer el IVA a la educación privada puso en alerta a muchos sectores, sobre todos de clase medio y sectores pobres que se ven obligados a utilizar los servicios de universidades privadas para poder satisfacer el derecho que tienen a la educación. Ante la resistencia por parte de estos sectores el presidente de la UPR, Urayoan Walker, se pronunció a favor del IVA alegando que el aumento en los recaudos podría beneficiar al presupuesto de la Universidad de Puerto Rico. Lo que aparentemente es falso ya que el presupuesto de la Universidad está congelado por los siguientes dos años, según alegaron miembros de l Consejo de Estudiantes de la UPR que le salieron al paso al Walker.

El debate sobre el IVA en la educación encendió otros debates marginales al respecto del acceso de sectores populares a la educación pública y el derecho a la educación. En ocasiones se ha querido pretender que la educación pública es la única que debería existir, sobre todo en medio de una crisis que limita los servicios que la UPR puede dar a muchos sectores del país. Por años el acceso a la UPR ha estado limitado, aunque es cierto que se pretende dar un paso adelante aumentando el acceso el próximo año a la UPR. Mientras la educación privada supla un servicio, y brinde oportunidades a sectores que se ven excluidos de la UPR no se podrá alegar que el derecho a la educación consiste en la educación pública. Por otro lado, y aunque parece una contradicción, la educación privada a nivel elemental hasta escuela superior es muchas veces la única alternativa que tiene muchos sectores de clase baja y de clase media, tratando de poder competir por los limitados espacios que tiene la UPR.

No hay duda de que el avance del sector privado en la educación está íntimamente ligado al deterioro profundo que va sufriendo la educación pública. No se trata de una responsabilidad atribuible a los maestros de este sector, que ante la realidad con la que trabajan hacen todo lo que pueden por brindar una educación de calidad. El problema principal de la educación pública es el elemento administrativo. Años de politiquería en esas áreas han debilitado la estructura educativa y el vaivén electoral ha colocado en una condición de precariedad seria al sistema educativo público. Esta realidad ha hecho que muchos padres decidan, no sin sacrificios reales, poner a sus hijos en escuelas privadas, tratando de brindar cierta estabilidad a su proceso educativo. La UPR sufre del mismo mal ya que siendo la universidad del estado se ve sometida a procesos políticos partidistas que debilitan su estabilidad institucional. Ese fue el caso durante la administración pasada donde se impuso la cuota que provocó una huelga donde no se logró nada.

La Universidad de Puerto Rico no es suficiente para brindar educación a todos los sectores del país. Son pocos los programas técnicos con los que cuenta la institución, que en un momento trató de orientar su centro principal en Río Piedras a la investigación, cerrando las puertas para la educación técnica que es la única alternativa para muchos sectores populares. Por otro lado una posible victoria del PNP en el 2016 coloca en una posición de debilidad a la UPR que se vería expuesta a otro ataque brutal por parte de un sector político que preferiría cerrar la UPR y abrir un centro comercial.

Recientemente visité el recinto de Río Piedras de la UPR y me sorprendí, negativamente, del abandono que está sufriendo el campus. Siendo una estructura de una gran historia y de muchos años de servicio está abandonada, sin cuidado adecuado y en un estado de deterioro que es penoso pensar que se están invirtiendo millones de dólares en otros proyectos a la UPR no se le está dando el presupuesto que necesita. Esta realidad vuelve a colocar ante la discusión pública el tema sobre la educación privada.

Existe una élite académica que se ha encerrado en la UPR, sobre todo en Río Piedras, que pretende que todo el mundo estudie sociología, sicología o un grado de ésa índole, objetivo loable pero irreal, eso ha debilitado las oportunidades de muchos sectores populares en dicha institución. Muchos sectores requieren un tipo de educación que la UPR no brinda y que no está preparada para brindar. La técnicas de uñas, a manera de ejemplo, también tienen derecho a existir, es por ello que existe el sector privado en la educación universitaria. La victoria del viernes es una victoria de los sectores populares, no de las élites, de eso no hay duda.