En la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) celebrada ayer en Paraguay, los países de América Latina y el Caribe pronunciaron a coro y de forma individual que no habrán de participar en la Cumbre de las Américas a celebrarse en el 2015 en Panamá si Cuba no participa. En particular, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Argentina, ya adelantaron formalmente que no asistirán si Cuba no es invitada.
El Gobierno de Cuba expresó, por vía del embajador de Nicaragua ante la OEA, su disposición a reintegrarse en la organización y participar en la cumbre de 2015 si es invitada sin condición alguna, como país soberano. La delegación de los EE. UU., ante la encerrona histórica que confrontó ayer, pidió que se constituyera un comité de trabajo para evaluar cómo reintegrar a Cuba. En particular para los EE. UU., la posición es que hasta que no haya una transición democrática en Cuba este no puede ser invitado.
El aislamiento de los EE. UU. fue total. Todos los países latinoamericanos y caribeños expresaron, de una forma u otra, que ha llegado un momento crucial en el continente americano: nada puede seguir pasando si Cuba no es integrada en todos los foros e instancias organizacionales de la región. Países como México y Colombia se pronunciaron en pro de la integración de la hermana caribeña.
Ante esto, la Organización de Estados Americanos (la OEA) se enfrenta a su último reto: o continua solo con los EE. UU. y sus aliados, o desaparece por falta de participación de múltiples países miembros que han dicho que no participarán más, y en particular en la Cumbre de las Américas que se avecina, si Cuba no es invitada. Nos encontramos ante un extraordinario dilema histórico: a favor o en contra de la integración de Cuba.
En el año 2015, la OEA habrá de celebrar los 20 años de la Cumbre de las Américas. Este es el máximo foro de participación de los países que son parte de este continente y que están adscritos a la OEA, y donde se discuten temas de relevancia a los problemas del hemisferio. En la cumbre de 2012, la cual se celebró en Colombia, este tema se trajo, pero no se resolvió. No obstante, hoy las condiciones regionales han cambiado grandemente.
Miguel Inzulza, el secretario general de la OEA, reconociendo la importancia de la cumbre 2015, ha pronunciado que “todos los países del continente, incluyendo Cuba, deben de participar”. Veremos qué pasa. Aún faltan siete meses para el próximo año.
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