Creatividad para alentar la economía

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Desde pequeños todo nos insta a ser creativos; hay una propensión hacia la concienciación de cada idea, su posible materialización y luego una mirada curiosa a sus repercusiones. Y aunque pueden surgir momentos en que el ser humano no atienda su creatividad a su máxima potencia, todos somos capaces de crear, innovar, producir constantemente. Hacia este objetivo deba quizás proponerse la dinámica económica. Hoy El Post Antillano conversó al respecto con el profesor Alfredo Nieves Moreno, tema que verá su continuación el próximo lunes.

Acerca del concepto de economía creativa y aunque el docente afirmó que no existe aún una definición consensuada, brindó su conocimiento para explicarlo. “Básicamente, economía creativa resume un sector de la sociedad o la dinámica económica que se encarga de generar ideas y conocimiento. Esas ideas y conocimientos muchas veces resultan en productos (como el cine, una obra teatral o una pintura), resultados de las ideas, de un estímulo o una acción creativa. Por lo tanto, esas ideas que se convierten en productos eventualmente pueden ser comercializados”, expresó el catedrático auxiliar del Departamento de Comunicaciones en la Universidad Metropolitana (UMET). De esta manera, Nieves Moreno mencionó a las ideas, los productos y la comercialización como los tres elementos clave para la manifestación de la economía creativa, y como efecto el intercambio económico que se da a partir de la propiedad intelectual. Indudablemente, tanto la economía creativa como la economía del conocimiento (que aparece por la combinación entre conocimiento y creatividad) mantienen una estrecha relación, según asintió el profesor.

“Cuando hablamos de economía creativa tenemos que hablar de las industrias creativas. Estas son esos sectores específicos que generan entonces la actividad económica que llamamos economía creativa”, apuntó el entrevistado para mencionar algunas de estas industrias como la publicidad, la arquitectura, la música, las artes escénicas, el diseño de videojuegos y aplicaciones, el ámbito editorial, los medios de comunicación tradicionales (radio, televisión, prensa), la moda y el diseño industrial. Parece importante destacar que la educación se considera dentro de estas industrias creativas.

En la complejidad de esta tema, Nieves Moreno destacó la diferencia que en ocasiones se hace al referirse a industrias creativas e industrias culturales (generalmente artísticas), teniéndolas en cuenta por separado. Sin embargo, el profesor señaló considerarlas bajo el rubro de industrias creativas, ya que todas requieren de la creatividad para poder existir.

Por su parte y en relación al panorama actual de la economía creativa en Puerto Rico, el académico puntualizó que la Isla se encuentra en una gran “efervescencia”, por lo que no solo se están desarrollando esfuerzos a nivel gubernamental, como ejemplo la creación de la Comisión de Desarrollo Cultural, sino a nivel independiente o privado como la Incubadora de industrias creativas de Mayagüez, el Cluster de Industrias Creativas, la Fundación por Puerto Rico con la iniciativa de Imagine Santurce, en alianza con universidades, entre otros. Dichas iniciativas, de acuerdo a Nieves Moreno, hacen posible que los ciudadanos puedan identificar en la actividad creativa fuentes de trabajo, de desarrollo económico y de consumo de productos locales.

“Ahora mismo en Puerto Rico si hay un sector que tiene un potencial de crecimiento y de exportación de productos importante es el sector creativo del País”, aseveró el docente para agregar que las posibles causas de este auge puedan deberse a la crisis económica que atraviesa la Isla y que produce la búsqueda de opciones para salir de la misma; la accesibilidad a la tecnología de información que posibilita conocer cómo la economía creativa ha ayudado a países a restablecerse; y a la educación que hace también que muchas personas que se educan en el extranjero, quieran regresar y aportar al País desde la creación de sus propios proyectos.

“Yo creo que Puerto Rico tiene todas las variables que necesita para crear un ecosistema de economía creativa sostenible”, dijo el experto para incluir entre ellas la existencia de organizaciones gubernamentales, emprendimientos culturales, legislación vigente, innovación y unos primeros pasos para la medición como la publicación del Perfil de la economía creativa en Puerto Rico, por el profesor Javier Hernández.

“Lo que falta es la comercialización. Ahí está nuestro punto de reto. Fortalecer áreas de comercialización y exportación de los productos”, abundó y añadió que aun cuando dichas variables se encuentren todavía dispersas, lo que sostiene el ecosistema es la educación. “La formación académica tiene que moverse a formar gente que sea empresaria y no empleada. La educación no solo permite que se generen nuevos empresarios sino que también ayuda a diversificar los patrones de consumo de esas personas (valorar los productos creativos que se generan en el País y consumirlos)”, concluyó el entrevistado.

El lunes El Post Antillano continuará con esta serie acerca de la economía creativa en Puerto Rico.

Crédito foto:brunkfordbraun, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0/deed.es)