La Copa Mundial y la cultura del “somos felices”

Cultura

Se acaba de terminar la edición 2014 de la Copa Mundial. Hemos concluido otra jornada más, y a pesar de que las emociones estaban con nosotros, porque “la copa es de los Americanos”, lo cierto es que Alemania se impuso, y obtuvo una victoria frente al equipo de la Argentina, 0-1. Pero, pero pese a este dato, y que Lionel Messi obtuvo el premio “balón de oro” representativo de su destacada, aunque muy cuestionada, labor en el Mundial, la norma cultural es que todos somos más felices, y que “se impuso el mejor”.

En este caso se le reconoce 20 años de trabajo laborioso a la Alemania para alcanzar esta victoria. La lógica cultural que se ha impuesto es que Alemania ganó porque era superior, en todos los aspectos, incluyendo que se trató de un trabajo único que iniciaron hacía dos décadas, y que culminó en el campeonato. Tanto para Alemania como para Argentina, ambos se encontraron en la final de la Copa Mundial por primera vez en 24 años.

Desde Coca Cola hasta Google coincidieron en que vivimos la “Copa de la felicidad”. Esto sin olvidarnos que, y de forma enfática, el pueblo brasileño que se había opuesto a la mundial, fue cediendo hasta el punto que una vez iniciado el evento, se olvidaron de protestar. Pero para garantizar la felicidad, el gobierno de Brasil tuvo que movilizar para el juego final de la Copa, ayer domingo, a sobre 26 mil efectivos policiacos y del ejército. Esto en aras de que los 300 a 500 manifestantes que intentaron irrumpir en el estadio del Maracaná, no pudieran ser vistos por los 74 mil espectadores, de forma tal, que la “felicidad” no fuese interrumpida. Se trató de la movilización policiaca-militar más grande en tiempos de paz en la historia de Brasil.

Ahora bien, que yace detrás de esta cultura, a lo James Brown, de que se siente bien (“feel so good”). Realmente hablando la Copa Mundial de Fútbol es el evento-franquicia mejor organizado del mundo, por el cual cada cuatro años de forma coordinada, giran todos los satélites de otras franquicias. En otras palabras, la Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol (FIFA, por sus siglas en francés) desde 1904, ha logrado crear por vía de las federaciones nacionales, un sentido de vida franquiciada, en el cual todo se compone para llegar a este evento internacional cada cuatro años. Una vez se inicia el evento, se debe imponer la voluntad y el pensar de que todo está “bien”.

La manipulación de la felicidad, el sentido de que por 30 días todo está bien, no sería perfecto, si nosotros, los humanos, no estuviésemos influenciando la vida. Es decir, nosotros somos los que trastocamos el orden y afectamos lo real. Así que la coordenada de la Copa Mundial es, más allá de la Coca Cola, de hablar de la felicidad.

Este sentimiento queda ejemplificado cuando descubrimos que Google, el principal buscador del mundo, estableció una mesa de redacción para el este mundial, compuesta por 150 empleados, para mantener en todo momento la “nota positiva” en las tendencias de búsqueda en las redes sociales. Google determinó que nosotros queríamos ser felices, por lo tanto había que eliminar la disidencia, la voz de protesta, y el malestar social de las “tendencias” (trends) en las redes sociales. Es decir, y según Google, la gente lo que quería era escuchar “todo está bien”, “somos felices” y “que bien lo hemos pasado”. Por lo tanto, todo lo que no fuera así, quedó eliminado o marginado por Google.

En otras palabras, nuestro principal enemigo ya no son los departamentos de inteligencia militar quienes en tiempos de guerra manipulan la información. Nuestro principal enemigo son las propias redes sociales, las cuales definen las tendencias y contenido de la información que se va buscando, para así definir un nuevo bienestar común. En esta medida, y según destacado en la prensa corporativa internacional, a la raíz de la derrota de Brasil frente a Alemania, 1-7, Google se dedicó a celebrar la victoria de los teutones, y a estimular a los brasileños a continuar luchando para el futuro. Nada que ver con el por qué de la derrota, o quién es responsable. Google definió que esa condición no era lo suficientemente positiva para ser transmitida por su red, donde a fin de cuentas las gente entra para buscar estímulos positivos.

En fin, luego de una inversión de $11,600 millones de dólares, Brasil ha vuelto a ser un país muy desigual, donde a lo largo de todos los 30 días de la Copa Mundial hubo protestas diarias, y donde para pelear la lucha social, el gobierno tuvo que mantener a las fuerzas de seguridad, tanto policiacas como militarizadas, activas. En fin, ojo con las redes sociales y los sentimientos de felicidad que estas comparten.

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