Loíza y la educación integral

Justicia Social

La educación es un propósito de creación mediante el cual el ser humano se diseña como sujeto capaz ante los valores sociales y culturales. Nos vincula, desde un proceso endógeno, a la realidad colectiva. Nos transforma en nuestro acontecer interno y ante los demás.

Por ello, la escuela, como ente formativo, deberá proponer una conversión por el conocimiento. No se puede llegar verdaderamente a conocer desde una perspectiva cuantitativa de la enseñanza y el aprendizaje, sino afluyendo hacia la formación y la reformación de un individuo que asume un rol dinámico e interactivo con la experiencia cognoscitiva y comunitaria.

Y así, me llamó la atención cómo la directora de la Escuela Superior Vocacional Nueva de Loíza, Doris Villarán, describió lo que he nombrado como “filosofía educacional”. “Dentro de nuestra misión como escuela estamos trabajando para un ser humano integral. Preparándolo para este mundo globalizado, dirigido al área ocupacional. Estamos buscando este estudiante que pueda ser el ciudadano que Loíza necesita”, sostuvo Villarán, quien añadió que además de enfatizar en el área cultural, en la escuela quiere crearse ese “sentido de pertenencia” por el que los alumnos sientan orgullo por su pueblo.

De esta manera, la Escuela Superior Vocacional Nueva de Loíza, al igual que brinda un programa académico “regular”, cuenta con seis ofrecimientos vocacionales de los que se benefician alumnos desde el grado décimo al duodécimo. Los estudiantes, generalmente procedentes de Loíza, aunque hay jóvenes de Canóvanas y Río Grande, pueden cursar desde mercadeo, información tecnológica, enfermería práctica hasta artes culinarias, reparación de motores pequeños, y barbería y estilismo.

Con una capacidad para 500 estudiantes y un promedio de 32 por cada grupo, incluso la escuela ha tenido lista de espera. Por su parte, Villarán explicó que a la integración curricular se le agrega la incorporación tecnológica. Así y sumado al salón destinado al ofrecimiento de información tecnológica que cuenta con laptops y pizarra electrónica, todos los salones académicos tienen una computadora con impresora para el maestro o la maestra, un proyector, televisión, radio, dvd, y 19 de ellos cuentan con pizarras electrónicas. Otros dos salones, como los destinados a mercadeo y educación comercial (en el que se enseña manejo del teclado y desarrollo empresarial a estudiantes de otros programas académicos), tienen un laboratorio de computadoras.

Por otra parte, la escuela cuenta con un programa de consejería y trabajo social que da servicios a la comunidad escolar, con un 80 por ciento de alumnos que son parte del programa vocacional.

Igualmente, Villarán, quien lleva cuatro años como directora del plantel, mencionó lo estrictos que son en el cumplimiento del reglamento escolar y brindó un apunte que me pareció muy interesante y atinado. Y es que si un estudiante requiere ser suspendido (aun cuando no refieren notables problemas de disciplina), este debe realizar a su vez trabajo comunitario.

En cuanto a los docentes, la Directora señaló que hay tres equipos de maestros: cinco para décimo grado, cinco para undécimo y cinco más para duodécimo. Además de las clases regulares de historia, ciencias, matemáticas, inglés y español, se brinda educación física, artes visuales y paternidad responsable y salud. Como centro inclusivo y plural, los estudiantes de educación especial reciben también asistencia individualizada y otros lo que se denomina como vida independiente, a través de la cual aprenden destrezas importantes y necesarias para valerse por sí mismos.

De la misma forma, tal es la interacción con la comunidad que los estudiantes de los programas vocacionales pueden practicar lo que han aprendido y brindar servicios comunitarios referentes a lo que han estudiado. Por ejemplo, los estudiantes de enfermería práctica visitan el centro de envejecientes de Loíza y los de artes culinarias confeccionan alimentos para actividades de diversas organizaciones.

Mientras que la tasa de graduación, según especificó Villarán, es de 98 por ciento y no hay una tasa notable de traslados, estos últimos surgen particularmente por mudanza a Estados Unidos.

Finalmente, Villarán destacó la importancia del trabajo en equipo que se ha desarrollado en la escuela y cómo quieren hacer la diferencia, impactando positivamente al pueblo de Loíza.

 Esta es la primera nota acerca de escuelas públicas destacables en la Isla.