Un sistema público educativo ingobernable

Justicia Social

Un gobernador dijo hace unos años que Puerto Rico se había convertido en ingobernable, de manera que no debe sorprendernos que con todo y un presupuesto de $3.4 mil millones el Departamento de Educación lo sea.

En espera está la población de que ruede la cabeza del titular del Departamento, Rafael Román. Después de un ultimátum del gobernador Alejandro García Padilla de que el departamento tenía que corregir las fallas en el renglón de educación especial, Román jugó sus fichas y despidió a dos subalternos. Rodaron la cabeza de la secretaria asociada de Educación Especial y sorprendentemente, la del director de la Oficina de Asuntos Federales.

Ha habido muchos problemas con darle servicio a los estudiantes de educación especial. Todavía faltan maestros y asistentes, quienes se encargan de ayudar a los maestros con las necesidades especiales de estos alumnos. La población estudiantil del sistema de educación pública es de alrededor de 380,000 estudiantes, de los cuales 159,000 son estudiantes con necesidades especiales, una cantidad astronómica. No sé cuál es el método para evaluar a los estudiantes y llegar a la conclusión de que tanto joven tiene una condición que merece especial atención. Hay casos de impedimentos claros, pero al parecer, el Departamento no está llenando las necesidades de estos estudiantes. Un ejemplo es que hacen falta libros escritos en Braille para los estudiantes ciegos, lo que constituye una desgracia. Pero, aún para la población estudiantil en general hay problemas con asignar maestros a sus puestos.

Los medios han entrevistado a varios padres cuyos hijos todavía no han tomado una clase porque faltan maestros. Entre estos está el representante Gabriel Rodríguez Aguiló, quien ha expresado su frustración por lo poco que puede hacer para remediar la situación. Cada agosto, hay problemas y quejas sobre las carencias del sistema público. Muchas veces no hay textos; muchas veces no se han asignado maestros a los salones. Román dice que un 99 por ciento de los maestros ya se han asignado. Lo que sorprende es que el Departamento tuvo todo el verano para prepararse para el principio del año escolar. Este parece ser un año catastrófico, aún con los bajos estándares del Departamento.

Román tiene sus manos llenas, pero no da muestras de tener interés en cambiar la manera de operar una agencia sobrepoblada de burócratas quienes se tragan una buena parte de su presupuesto. Me parece que lo que quiere es sobrevivir. Creo que es un hombre bueno y serio, pero parece incapaz de dominar y transformar su Departamento. Román es un fiel seguidor del oficialista Partido Popular Democrático, y dirigió la única escuela que visitó García Padilla en su campaña política. Se nos ocurre que quizás hay que sacar en alguna medida a la política del asunto de la educación pública. La presidenta de la Asociación de Maestros, Aida Díaz, ha recomendado que se forme una comisión especial que tenga el poder de supervisión sobre el Departamento. En una entrevista televisiva, la presidenta gremial aceptó que el Departamento de Educación se ha convertido en ingobernable.

No sé con certeza los escollos a los que se enfrenta Román en su propia agencia. Sé que el departamento recibe mucho dinero federal, y que el gobierno de Washington le interesa como se gasta este dinero.

Ha habido sugerencias de que la transportación de estudiantes (y hay problemas hasta con eso) se ponga en manos de los gobiernos municipales. Varios municipios ya lo proveen. También existen planteamientos de que los comedores escolares se pongan en manos privadas. Hay escuelas públicas de excelencia y las hay malas. Lo que sí es cierto es en Puerto Rico estas educan a la mayor parte de los niños y los jóvenes, una gran parte de ellos pobres. Olvídense de los dos funcionarios depuestos, los estudiantes son las verdaderas víctimas de esta crisis.

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