Ayer sesionó de forma urgente el consejo de ministros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP). Es el conjunto de países de la cuenca del Caribe y Centro y Sudamérica, que inspirados por el pensamiento del fenecido Hugo Chávez y Fidel Castro, se conformaron para crear una organización de unidad en temas sociales, de desarrollo y de estabilidad política en la región. Bajo el llamado de Cuba, y su actual presidente Raúl Castro, se reunieron ayer para explorar una respuesta regional de forma preventiva al aún inexistente problema de la enfermedad del ébola. Decimos inexistente, pues al día de hoy no existe un solo caso reportado en toda América Latina y el Caribe en torno a esta enfermedad. No obstante, prevenir, en la lógica del país sede, Cuba, con la mejor medicina salubrista del mundo, es la consigna siempre de lucha. Prevenir, prevenir, prevenir.
La iniciativa que se gestó ayer, que produjo una resolución conjunta de 23 puntos, ante siete de los nueve jefes de Estado invitados, es una que como bien dijera el presidente de Bolivia, Evo Morales, “hay que salvar vidas”. Esto se traduce, más que nada, en desarrollar campañas educativas, campañas médico-salubristas, y el desarrollo de medicamentos, de corte caribeño y latinoamericano.
A lo dicho anteriormente hay que sumarle que desde hace un mes Cuba envió el primer contingente de médicos y salubristas a Liberia, Sierra Leona y Guinea, compuesto por 461 personas. Estos ya están desplazados en dichos países, y ahora el Gobierno acaba de anunciar que habrá de enviar dos contingentes adicionales a los mismos. Cuba distinto a la Unión Europea no ha podido promover una respuesta médica, ya lo hizo. Lo único que los europeos han propuesto es el envío de dinero para atajar la ineficiencia económica de dichos países africanos, donde al día de hoy 4,500 personas han muerto por el ébola.
De otra parte, el Gobierno de los EE. UU., ante la crisis del ébola, ha propuesto el envío de 4,000 soldados a los países más afectados que son Liberia, Sierra Leona y Guinea. Esta respuesta, de corte militar, también refleja la incapacidad del Gobierno de los EE. UU. de movilizar a los civiles para gestar un acto de Estado. Una limitación del capitalismo, que piensa que la única forma de dar solidaridad es a través del ejército. No obstante, su respuesta nacional, como la de la Unión Europea, fue crear la posición del “zar” contra el ébola. Un zar, viene de la historia lingüística de los monarcas eslavos que gobernaron a la antigua Rusia hasta el 1917, es decir, un emperador. En otras palabras, ante una crisis de salud, la respuesta es traer al “emperador”, el que dirige el imperio.
En fin, que Cuba desde lo injusto de un bloqueo económico impuesto desde el 1962 por el Gobierno de los EE. UU., que le impide participar de igual a igual en el mundo, se impone en lo mejor que sabe hacer: defender con ayuda médica el principal derecho humano: el derecho a la vida.
Crédito foto: Matias Garabedian, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0/)