Hay algo que conozco de muy cerca: el Reino Unido de Inglaterra e Irlanda del Norte, puede ser uno de los lugares más opresivos del planeta. En particular, la cultura dominante caucásica, puede opresiva en cualquier dirección: desde la mirada de las clases sociales, las relaciones raciales, los orígenes étnicos, y porque no decirlo, desde la orientación sexual.
Es ahí que surge la historia de la película. The imitation game (Dir. Mortem Tyldum, R.U-EE.UU., 2014). La misma cuenta la vida del matemático y profesor de la Universidad de Cambridge a los 23 años, Alan Turing (Benedict Cumberbatch). Este se inserta en la jefatura de inteligencia británica, y termina como director del equipo que trabajaba la decodificación de los envíos alemanes a sus tropas. La historia principal versa sobre este proceso: el mundo de espías y contra espionaje que facilitó la victoria de las tropas aliadas contra las fuerzas alemanas.
Ahora bien, la película tiene un segundo nivel por el cual será inmortalizada: Turing era homosexual, y en el Reino Unido del Siglo 19 hasta mediados del Siglo 20, bajo la llamada era Victoriana, la homosexualidad fue altamente reprimida. Esto se maneja con mucha sutileza y en un balance adecuado entre esta historia y la otra historia. Al final, la película es una extraordinaria película pues la misma pudo contar los dos niveles del filmes, sin sobre determinar uno u otro nivel.
Es a fin de cuentas, una lucha del hombre, como sujeto, contra si mismo. En particular, porque Turing nos narra lo difícil que fue su vida, y todos los obstáculos que tuvo que superar para lograr imponerse y superar la desigualdad y el discrimen.
La película es muy linda en la trama que se desarrolla entre los personajes. En particular entre Turing y su equipo de trabajo, relación que inicia en la desconfianza y termina en la solidaridad. En el proceso, y tomando en cuenta su homosexualidad, Turing le propone matrimonio a otra de sus colaboradoras llamada Joan Clarke (Keira Knightley), lo que desarrolla una subtrama muy linda y tierna en la película. Pero nada de esto lo cuento, para que vayan a ver la película.
La película es en sí un homenaje póstumo a Alan Turing, quien se suicidó en el año 1954, luego de haber sido acusado y convicto por ser homosexual. En el año 2011, la Reina Isabel le reconoció póstumamente, al condonarlo de su convicción.
Es una película muy linda, muy tierna pero a su vez es una historia épica. Hay que verla. Lo más interesante es que la misma transita dentro del renglón de cine comercial. En otras palabras, es muy accesible irla a ver. Por tanto, la recomiendo con alegría y entusiasmo. Es un importante filme que narra un capítulo de la historia del Reino Unido y sobre todo de la lucha por terminar el nazismo. ¡Vayan a verla con entusiasmo!