La mujer histórica y la formación de la nación puertorriqueña

Historia

altLa mujer puertorriqueña vive momentos intrínsecos que requieren revalorar su aportación histórica a la formación de la nación borincana, asegura la investigadora histórica, Noemí Rivera de Jesús.

¨Tenemos que crear conciencia del rol trascendental de la mujer en nuestra historia para lograr la equidad de género y fomentar la autoestima, tanto de mujeres como de hombres, que permita sanar la sociedad y rescatar el país de la vorágine en que se encuentra¨.

Rivera de Jesús, quien es también maestra de escuela intermedia en Santa Isabel, señala que en los últimos años la mujer se ha visto atacada por conceptos negativos que socaban su rol en la sociedad.

¨Alguna música de reguetón, la televisión, los anuncios y otros medios proyectan una imagen negativa de la mujer. Se explota la sexualidad, se proyecta una imagen sumisa y tonta de la mujer que culmina en un incremento en la violencia de género… Es importante concienciar a todos y todas de que la nación ha sido construida por ambos y que es patrimonio de todos, sin importar su sexo¨.

La profesora hizo sus declaraciones durante una charla que presentó en Lajas, el pasado sábado, sobre la mujer en la formación de la sociedad puertorriqueña en el siglo XVII.

¨Debemos investigar la aportación de la puertorriqueña desde los inicios de la formación de la nación porque este conocimiento nos ayudará a interpretar el momento histórico que vivimos en la actualidad´, enfatiza Rivera. ¨Descubriremos similitudes entre esos siglos y los momentos que vivimos hoy. La acción de la mujer de entonces es tan válida hoy como lo fue entonces¨.

La historiadora, quien se ha consagrado al rescate de la figura de la mujer en los siglos primigenios de la formación de la sociedad puertorriqueña, indica que el siglo XVII es uno de los menos estudiados por la historiografía nacional. Pocos historiadores modernos se han dedicado a rescatar este para la historia moderna, entre ellos se destacan el Dr. Jalil Sued Badillo, Elsa Gelpi Baiz, Ángel López Campos, Federico Rives Tovar y Enrique Vila Vilar. Es, sin embargo, un siglo significativo donde se define el rol de la mujer, no simplemente como hija o esposa, sino como un ente independiente con pensamiento propio y decisivo.

Para la historiadora, el símbolo de la liberación femenina en el siglo XVII lo encarna Ana de Lansós, viuda del capitán Pedro de Villante Escovedo, quien en 1651 fundó el Monasterio Carmelita de San José, en el sitio donde ubica el Hotel El Convento en el Viejo San Juan.

¨La idea del convento surge porque en la ciudad de San Juan de Puerto Rico había más de 50 doncellas... que por sus grandes necesidades no tenían con que casarse y querían ser monjas. La fundación del convento ayudaría a que las mujeres no tuvieran que viajar a otros lugares para convertirse en monjas¨.

En una sociedad patriarcal, donde el matrimonio era obligatorio, el no tener dote suficiente y la escasez de varones disponibles para el matrimonio, solo el ser monja evitaba el que una mujer fuera rechazada o mal vista por la sociedad.

Lansós, quien no sabía escribir, es la primera fémina que aboga por las necesidades de las mujeres de su época y se convierte en la primera ¨cívica¨ de la historia puertorriqueña. 

Además de la figura de Lansós, el siglo XVII destaca la figura de mujeres propietarias de ingenios y de haciendas, como es el caso de Violante Ferrer en la ribera del Toa; Constanza de Torres en Río Piedras; Ana Simbrón y Elena Menéndez en San Juan.

Señala también la historiadora la situación precaria de la mujer en el Partido de San Germán, donde prácticamente no tenía derechos y dependía totalmente de las decisiones de los varones.

La oradora puntualiza en su ponencia el rol importante que la mujer tuvo como costurera, enfermera y baluarte sociocultural de la sociedad incipiente que gestaría la nación puertorriqueña.

Otro aspecto presentado por Rivera en su charla es la sexualidad en el siglo XVII y el impacto que las reglas establecidas por hombres tenían en la vida de las mujeres.

Presenta temas como el estupro, o la violación sexual, la violencia doméstica, el aborto y abandono de infantes y la prostitución. Sobre este último, Rivera dice que ¨Sabemos que a pocos años de la conquista existía un burdel regentado por una blanca llamada Isabel Ortiz… Sin embargo en los documentos del siglo XVII no aparecen testimonios que mencionen que existían burdeles en Puerto Rico. No es hasta el siglo XVIII que se menciona que las rameras realizaban su trabajo en sus casas¨.

La mujer ha sido punta de lanza en la fundación de la nación, asegura Rivera de Jesús. ¨No podemos seguir ocultando el papel primordial que la mujer ha tenido en nuestra historia. Es imperante el descubrir la figura de la mujer, sus gestas y luchas, su aportación a la nacionalidad ha sido vital para construir la sociedad actual¨.

Tomando el siglo XVII como ejemplo, concluye la profesora que existen ¨evidencias de que la mujer ocupaba un papel fundamental en un Puerto Rico donde existía un problema demográfico… Un Puerto Rico donde quedaron muchas mujeres abandonadas y solas a su suerte y que salieron adelante sin importar su condición social. La mujer no importa su condición social y raza dejó una huella en el Puerto Rico del siglo XVII¨.

La profesora señala que el Puerto Rico actual atraviesa momentos similares a los del siglo XVII. ¨Vivimos tiempos de crisis donde existen muchas familias cuya cabeza es la mujer; enfrentamos una migración, en su mayoría de hombres jóvenes hacia los Estados Unidos y podría surgir una escasez alimentaria porque dependemos de productos del exterior. Es la mujer, la que una vez más debe acudir al rescate de la nación y salvaguardar la familia, nuestros valores de pueblo e inventárselas para mantener a sus hijos y familiares. El siglo XXI es la era de la mujer y sus decisiones conformarán la nueva Patria¨.