Reproducir el orden de las cosas o ser derrocado: reflexión rápida en torno a Paraguay

Economia Solidaria

Me importa poco si fue Golpe de Estado o una Destitución siguiendo el ‘Orden de la Ley’. Que los abogados y juristas debatan sobre ello, si quieren. No que falte importancia en dichos análisis pero no me interesa entrar en los detalles legalistas que terminan despolitizando lo que a todas luces constituye una muestra clara de la lucha de clases y cómo las oligarquías, ya sea por medios legales o ilegales, mueven todas las fichas para reproducir el orden de las cosas.

Habría que preguntarse, como lo hace un artículo de un periódico internacional, cómo es que Fernando Lugo se mantuvo tanto tiempo en el poder, ya que defendía intereses muy contrarios a la mayoría de sus correligionarios. Tal vez la respuesta reside en que Lugo, aunque intentó, no logró ejecutar de forma profunda las políticas públicas que pudieran habilitar y servir de plataforma a las transformaciones sociales que tanto él como los movimientos sociales anhelaban. Su llegada al triunfo, si bien se debió a un gran apoyo popular, también dependió, desde el comienzo, de alianzas con grupos políticos favorecidos por las oligarquías. Desde el principio el gobierno de Lugo estaba maniatado.

Cuando un candidato que aboga por la transformación social hacia un universo centrado en la justicia social, la solidaridad y la democracia participativa llega al poder, no podemos pretender que el mismo no sea atacado desde todos los frentes posibles por las clases dominantes. Continúa, tal vez de forma más cruenta, la guerra. Al comenzar a hacer políticas de corte social(ista), ecológico, de democracia radical, la lucha de clases se intensifica pues la burguesía defenderá su ‘derecho’ (lo entienden como tal, y no como privilegio, producto de la explotación) a tenerlo todo (tierras ilimitadas, casas, autos, favores del Estado, ser consultados para todo, etc.).

En cierta medida, el líder de izquierdas que llega al poder debe estar preparado para la guerra, armado de mucho amor y solidaridad, pero también de muchas fuerzas a su lado (estatales y sociales), para resistir y no caer en la reproducción de lo mismo, pues todo está para que así suceda. En el momento en que ese líder decida ejercer su poder para mover la balanza social hacia la justicia, si no tiene un apoyo mayoritario de los políticos y las fuerzas sociales organizadas, pagará por su osadía. Esto, finalmente sucedió en Paraguay.

De todos lados sugieren razones para explicar el golpe contra Lugo, pero no hay duda que el factor económico ligado a la tenencia de tierras y la reforma agraria, tan necesaria en el pueblo Guaraní, fue un factor fundamental. La creación de economías solidarias a nivel sistémico, y la concreción de la justicia social pasa, lamentable pero inevitablemente, por la lucha de clases, pues en muy pocas instancias el opresor decide voluntariamente dejar de ser, para renacer en ciudadano común.