Camino a Cuba 1

CAMINO A CUBA1

[Nota editorial: El Post Antillano se complace en presentar el trabajo del poeta José Ernesto Delgado Hernández, quien, en intercambio solidario, colabora con nuestro medio de Camino a Cuba, donde participará del 9 al 19 de febrero en la Feria del Libro. Aquí nuestro compromiso con la palabra, fresca y refrescante, para seguir aunando nuevas voces en nuestro quehacer periodístico. EPA]

Caguas, un día del año 1999, año de graduación de escuela superior. Para aquel entonces con unas cuantas libras menos, podía pagar por un recorte y poseía una cara huérfana de barba. En ese momento decidir a cuál universidad se iba a estudiar era el tema diario de maestros, compañeros estudiantes, orientadores y padres entre otros tantos que se sentían con derecho a decidir por uno. literatura era mi interés y la UPR mi norte.

Algunos años antes recuerdo que en una mudanza de algún familiar un libro remendado con “tape” transparente en su lomo para que no volaran las páginas robó mi atención, Rimas y Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer.

Por los tenebrosos rincones de mi cerebro acurrucados y desnudos duermen los extravagantes hijos de mi fantasía esperando ensilencio que el Arte los vista de la palabra para poder presentarse decentes en la escena del mundo”. GAB

Estas líneas del prólogo del libro me electrificaron. Fue decir “yo quiero ser escritor”. Así que comencé a leer y copiar el estilo de Gustavo Adolfo Bécquer.

Escribía rimas en una libreta que cargaba casi todo el día en la escuela junto con el libro y un “cd player” donde siempre Draco estaba en concierto para mí. Luego, al pasar el semestre un hermoso accidente dejó el saldo de un encuentro entre un poeta cubano y un estudiante. Los poemas prohibidos de José Angel Buesa, con los cuales me crucé en la vida en un zafacón (basurero) dirigieron nuevamente mi brújula hacia la literatura.

Recuerdo que tomé un examen de aptitud en la escuela donde las calificaciones más altas fueron en artes y el tema social, pero, “de la literatura no se vive”, “la literatura no deja chavos”, mejor estudia administración de empresas”, me dijo la orientadora en aquel día del año 1999 en una escuela de Caguas.

Hoy solo pienso que voy Camino a Cuba, a la Feria del Libro, con mis libros de poesía en mi mochila.