La infelicidad en los abogados

Derechos humanos

altFelicidad se define como aquel estado de ánimo, satisfacción, bienestar, dicha y complacencia al haber alcanzado una meta. Es una condición interna y subjetiva y generalmente conlleva un enfoque positivo y el deseo de lograr nuevas metas. Las diferentes profesiones conllevan ciertas diferencias en cuanto a cómo obtener la felicidad por medio de la práctica.

La palabra abogado se origina del latín, advocatus o llamado en auxilio. Son profesionales con conocimiento en diversas áreas de la legislación tributaria, laboral, criminal, económica, administrativa, constitucional, comercial, familiar y otros. Su objetivo principal es colaborar en la defensa de la justicia. El abogado representa a una de las partes involucradas en un litigio. Una función importante de los abogados es, como en medicina, la prevención. En la mayoría de las disputas judiciales existe el mecanismo de transacción. Los jueces también prefieren que los casos se transijan de forma que no lleguen al tribunal para no tener que emitir un dictamen.

En los años recientes mucho se ha hablado de la desilusión que existe entre los abogados. Además de no estar satisfechos con sus prácticas, un gran número de los abogados padecen de mala salud. En un estudio temprano en la década de 1990 se encontró que los abogados tienen una mayor incidencia de depresiones mayores, infartos del corazón, divorcios, alcoholismo y adicción a drogas. Indica el estudio que los abogados tienen una incidencia de estas enfermedades que es 3.6 veces mayor que en la población general. ¿Por qué se habla de la infelicidad de los abogados? Pudiera decirse lo mismo de otras profesiones y la calidad de vida que la práctica de determinadas profesiones conlleva.

Hay dos incertidumbres que no podemos eliminar: dónde nacimos y quiénes son nuestros padres. Para ambos eventos no se nos proveyó la opción de escoger. Pero sí podemos seleccionar la profesión o el trabajo que mejor satisfaga nuestras expectativas y llegar a tener una mejor calidad de vida. Si usted nace con una inteligencia normal o superior y si en su país existe la riqueza necesaria para que usted estudie y pueda desarrollarse al máximo de su potencial, podrá usted ser un ciudadano exitoso y posiblemente feliz. Por el contrario, aunque nazca con una inteligencia normal, pero si el país en que nace es muy pobre, no podrá usted llegar a tener una profesión o método de ganarse la vida honestamente y rigiéndose por las leyes del país.

En algunos lugares los abogados no han gozado de buena reputación. A principios del Siglo XX en el estado de Massachusetts no se permitía la práctica de abogacía, se decía que la mitad de las veces los abogados estaban con Dios y la otra mitad con el Diablo. Los ciudadanos se defendían por derecho propio. Luego de varias décadas los abogados fueron admitidos a practicar en ese estado.

El mejor artículo sobre los problemas emocionales de los abogados proviene de la Universidad de Pensilvania, escrito por el Psicólogo Martin E.P. Seligam, el abogado Paul R. Verkuil y Terry H. Kang, Psicóloga y publicado en el 2001. Según estos autores la infelicidad de los abogados es causada por (1) los abogados son seleccionados por su pesimismo, (2) la profesión presenta grandes presiones y un escaso poder decisional, condiciones que provocan problemas de salud y baja autoestima, (3) el derecho funciona a base de un “juego de suma cero”.

El pesimista es el que ve los eventos negativos que le ocurre como algo sin solución, irreparables. Sin embargo, el optimista ve los reveses como algo transitorio, corregible. El pesimismo influye negativamente en el desempeño de la labor de todos los profesionales. El escaso poder decisional es considerado como un problema que se traduce en una alta incidencia de problemas emocionales de los abogados. Los abogados que ingresan a los grandes bufetes no duran mucho tiempo en sus puestos, su labor se limita a realizar estudios en la biblioteca, ayudar a escribir las defensas de los casos, pero con poca exposición a los clientes. Se marchan al cabo de pocos años y la baja remuneración no es la razón.

El gran problema de los abogados es que practican en lo que se conoce como un “juego de suma cero”. Mientras un abogado y su cliente resultan victoriosos en un litigio, hay otro abogado y cliente que resultaron derrotados. El poder decisional lo tiene el juez(a). Este asunto es muy difícil de resolver porque es un problema intrínseco a la profesión legal. Y no es un problema económico pues se ha documentado que los abogados en general ganan más que los médicos.

Dada la pasión por la argumentación de los abogados plantearán que lo médicos tampoco son felices. Si estipulamos eso como correcto la infelicidad de los médicos no se debe a la profesión per se, no es un problema intrínseco a la profesión. Los médicos en general están muy satisfechos y felices con el servicio que les brindan a sus pacientes aun en tiempos de adversidad. La infelicidad de los médicos se debe al maltrato y atropello que reciben de los planes de salud y a la actuación de los abogados. Muy frecuentemente los abogados presentan demandas carentes de fundamento, las que luego se catalogan como frívolas. Pero de todos modos las presentan para hacer que el médico se rinda y transija la demanda. El médico confronta serios problemas cuando el caso está ante un juez (a) inepto o parcializado que resuelven casos no por la justicia sino por capricho o arbitrariedades-- causas o motivos ajenos al conflicto. Y con poco esfuerzo, solamente moviendo papeles de un lugar para otro los abogados logran conseguir un pago inmerecido, que tendrá el efecto de aumentar las primas del seguro de responsabilidad profesional del médico. Los abogados muy frecuentemente tratan injustamente a los médicos.

Por el contrario, los médicos no son responsables de la infelicidad de los abogados y nunca rechazan tratarlos medicamente cuando se enferman. Tampoco se niegan a tratar a los jueces. De ninguna forma los médicos contribuyen a la infelicidad o a las penurias emocionales de los abogados.

Es curioso que el día del abogado no se celebra en Puerto Rico. Por el contrario se celebra el día del médico, de la enfermera, del maestro, los estudiantes y otros, pero no el día del abogado. ¿Cuál es la explicación para esto?

Existe gran cantidad de chistes sobre los abogados. Los chistes muy frecuentemente conllevan una realidad de las situaciones planteadas. Los siguientes dos chistes pudieran ser ilustrativos de esta profesión:

Había un médico, un arquitecto y un abogado entablados en una discusión sobre cuál fue la primera profesión en el mundo. El médico dice: Dios fue el primer médico ya que al séptimo día separó de Adán una costilla y creó a Eva, entonces la medicina es la profesión más antigua. Para nada-- dice el arquitecto—Dios creó el mundo de entre las tinieblas y el caos existentes, entonces la arquitectura es la más antigua de las profesiones. Entonces el abogado interrumpe diciendo: perdón ¿quién creen ustedes que creó el caos? -- los abogados. Por tanto la abogacía, es la primera profesión y más antigua de las profesiones.

El juez le pregunta al acusado: ¿Insiste usted en que no quiere un abogado que le defienda? No señoría, estoy decidido a decir la verdad.

Con relación al juego de suma cero le dice el profesor a sus estudiantes: algunos casos se ganan y otros se pierden, pero siempre todos se cobran.