Cuando estuve en Río de Janeiro me volví adicto de desayunar vitaminosas. De que hablo, pues de batido de guineo y avena. Todas las mañanas me tomaba una vitaminosa acompañada de un sándwich de jamón, queso y huevo para disfrutar de un día entero de playa en Copacabana, paseo, vistas espectaculares y compartir con gente hermosa. Me encantaba, no tan sólo es natural y súper saludable pero sostiene por gran parte del día. Hoy día aún tomo vitaminosas aunque no todos los días.