Domingo lluvioso pero gustoso … en París

Voces Emergentes

altEl viernes pasado un grupo de 12 personas, compuesto por 10 estudiantes, la profesora y su hija, emprendimos un viaje de aprendizaje y aventura hacia la ciudad luz, Paris. Un viaje a través de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Mayagüez. En esta etapa de mi vida donde decidí nuevamente ser estudiante, es casi un dado que yo regularmente voy a ser la más, digamos, “madurita” del grupo. La mayoría de los jóvenes están en sus veintes. Yo les doblo la edad y tal vez un poquito más. Sin embargo, el viajar con personas más jóvenes que uno puede ser divertidísimo, si uno se lo permite.

Volamos San Juan, Madrid, Paris. Fue un viaje largo, pero para mí bueno. Dormí todo el camino. A nuestra llegada en España pasamos inmigración. Uno de los compañeros, por cierto, es un joven espectacular, es de la comunidad LGBT. En la migra tuvo su primer encuentro con la xenofobia. Tenía sus uñas pintadas de marrón o negro al estilo gótico y fue increpado sínicamente por los macharranes de la migra. También a la profesora, tan boricua como el coquí pero que tiene un trasunto árabe, le dieron candela al pasar.

Finalmente, a las 6:20 de la tarde llegamos a Francia. A nuestra salida del aeropuerto nos esperaba George con un rotulo que leía “Grupo de Mayagüez”. Más francés que George no nos lo podían haber enviado, pensé. Nos dividimos en dos vanes en dirección a la Ciudad Universitaria donde nos hospedaremos por un mes. Nos encontramos con un tapón que nos pareció tan familiar al que ocurre durante las tardes de Puerto Rico, pero para George no era normal. De repente como si estuviéramos en Puerto Rico, en la radio empezaron a tocar y cantar reguetón. Esta es su estación latina, anuncia el locutor. Nos miramos con cierto asombro y preguntamos si no era a Paris que habíamos viajado. Le preguntamos a George porque esa música. Era porque sabía que éramos puertorriqueños. Nos dijo que era portugués, mi percepción de que era un francés estuvo totalmente equivocada. Le encanta la música latina. Nos reímos y tratamos de cantar un poco.

Nuestra van llego a la Fundación Biermans-Lapotre, el edificio de Bélgica en la Ciudad Universitaria. Faltaban otros 6, que fueron dejados más arriba y tuvieron que caminar con sus maletas hasta encontrarnos. Los cuartos sencillos pero limpios. Volver a la vida de estudiante en dormitorios, compartiendo cocina y espacios comunes. No sé si es por cuestión del cambio climático, pero hace frío y hoy domingo llueve. Yo, pensando que el verano en Paris era caluroso, no traje abrigo. Bueno, esto se perfila como una aventura de 12 boricuas en Francia. A ritmo de salsa y reguetón aprenderemos francés. Bon jour!