¡A mal tiempo buena cara!

Voces Emergentes

altEl paso del huracán María sobre Puerto Rico dejó una enorme desolación, inundaciones, destrucción de la flora arbórea, el colapso total del sistema eléctrico y parcial en el de agua, la interrupción total de las comunicaciones nacionales e internacionales, voladuras de techos y cuantiosos daños a las viviendas, interrupciones en algunos hospitales y la completa destrucción de otros. También causó muertes a decenas de personas, daños en la agricultura, las empresas y el comercio. Estos renglones de la economía se vieron totalmente paralizados durante un tiempo.

Ante este desolador panorama, el pueblo de Puerto Rico respondió inmediatamente sin esperar la ayuda gubernamental. Fueron muchos los casos en que los vecinos se unieron para abrir caminos por las carreteras.

Inmediatamente la solidaridad de las personas ayudó a la alimentación y albergue de aquellos desafortunados que lo perdieron todos. En las zonas urbanas se observaban distintas personas sin distinción de género, organizando el transito en las intercesiones. Era común observar jovencitas y mujeres haciendo esta significativa labor. Personalmente tuve la oportunidad de ver a dos adictos a drogas, organizando el tránsito a cambio de sus requeridas “pesetas.” Durante estos primeros días, la sociedad civil tomó el control del país.

Solamente los alcaldes y alcaldesas y su grupo de trabajo de rescate de emergencias quedaron a cargo de auxiliar a las personas afectadas por el paso de este poderoso ciclón que destrozó todo lo que encontró de frente.

Las personas confrontaron el enorme problema que causó de las ayudas del gobierno central. Muchas comunidades quedaron aisladas al romperse los puentes que las comunicaban con otras. La zona de la montaña fue donde más destrozos causó este fenómeno meteorológico, siguiéndole la zona marítimo terrestre donde desde hace muchas décadas hay comunidades establecidas.

La tardía respuesta gubernamental sobre todo en la montaña, causó una enorme desesperación e indignación por el hambre y la sed que padecían ante el abandono del gobierno. Fueron muchas las familias que tuvieron que recurrir a beber agua de los ríos y quebradas contaminada.

Una vez llegada la ayuda gubernamental, FEMA (Federal Emergency Management Administration) supuestamente la agencia gubernamental que debe dirigir todas las actividades de rescate y recuperación de las áreas afectadas, perdió todo control de las otras agencias nacionales y federales que ayudaban a mitigar la situación. Esto causó un enorme desfase en los procesos, duplicándose los esfuerzos en muchas ocasiones y en otras comunidades faltó todo tipo de ayuda, También las instituciones militares que Estados Unidos envió para ayudar con la emergencia, tardaron mucho tiempo en activarse.

Contrario a lo ocurrido días antes del azote del huracán María, cuando el gobernador Rosselló manejó la situación con una excelencia extraordinaria, el paso del huracán Irma, después del paso de María parecía dar palos a ciegas,

Ante este difícil escenario, cuando todavía a meses del azote del huracán a Puerto Rico, no hay electricidad ni servicios escolares en muchos municipios

Al pueblo de Puerto Rico le digo: ¡A mal tiempo, buena cara!! Ya vendrán tiempos mejores.