La unidad posible y necesaria

Voces Emergentes

altLas contradicciones imperio-colonia se agudizan, se hacen evidentes a los ojos de millares de boricuas diariamente, pero de ahí a dar un paso para que otra cosa ocurra, fuera del marco del dominio político, jurídico, económico, ideológico prevaleciente, requiere jamaquear los resortes de la estructura dominante y movilizar al pueblo a luchar por un nuevo país. Tenemos de frente una situación revolucionaria

Decía Lenin, maestro en el arte de la organización y la lucha revolucionaria:

“La revolución es imposible si no se da una situación revolucionaria, pero no toda situación revolucionaria conduce a la revolución.

¿Cuáles son, en términos generales, los signos distintivos de una situación revolucionaria?

· La imposibilidad de las clases dominantes de mantener su dominio de forma inmutable

· Una agravación de la miseria y las penalidades de las clases oprimidas

· Una intensificación considerable, por las razones antes mencionadas, de la actividad de las masas…

El conjunto de esos cambios objetivos es precisamente lo que se llama una situación revolucionaria.

La revolución no surge de toda situación revolucionaria, sino solo de una situación en la que los cambios objetivos, antes mencionados, viene a sumarse un cambio subjetivo, a saber: la capacidad de la clase revolucionaria para llevar a cabo acciones revolucionarias de masas, lo bastante fuertes como para destruir (o quebrantar) el viejo gobierno, que jamás caerá, ni siquiera en épocas de crisis, si no se le hace caer...”

La pregunta es cómo crear la situación subjetiva, la capacidad para mover hacia adelante la lucha, avanzar para construir ese Puerto Rico, libre, soberano, solidario y justo al que aspiramos. Se impone la reflexión, el análisis estratégico, replantearnos ¿Para dónde vamos y como lo hacemos? Es importante que, al hacerlo, entendamos que no partimos de cero. Tenemos un gran acervo de experiencias históricas que dan testimonio de nuestra capacidad y posibilidades.

Programas de lucha

En ocasiones escuchamos decir, tanto a detractores, como también a algunos(as) simpatizantes de la independencia para Puerto Rico, que los independentistas no tenemos proyecto, que no sabemos cómo va a ser, o de qué vamos a vivir en la república. A algunos le oímos decir que no hemos sabido llevar el mensaje y explicarle al pueblo, en arroz y habichuelas, de qué se trata la independencia.

Al escuchar o leer ese tipo de planteamientos, pensamos si los que de tal manera se expresan, han leído en alguna ocasión, los documentos o programas de lucha de las organizaciones políticas a las que se suele mencionar, por lo regular al Partido Independentista Puertorriqueño, al Movimiento Independentista Nacional Hostosiano, al Frente Socialista, al Movimiento de Unión Soberanista, entre otras. Incluyamos también al Partido del Pueblo Trabajador, que, aunque no se define pro independencia, sabemos que es anticolonial y conocemos de la militancia independentista y socialista de una gran cantidad de sus cuadros dirigentes.

Los documentos programáticos de estas organizaciones tienen propuestas concretas sobre temas vitales como: Infraestructura y Energía Eléctrica, Recursos Naturales, Agricultura y Pesca, Autonomía Alimentaria, Medios de Transportación Integrados, Reciclaje y Manejo de Desperdicios Sólidos, Desarrollo Social, Educación Pública (gratuita y de calidad), Sistema de Salud Universal, Reforma Gubernamental, Calidad de Vida, Derechos Laborales y organización sindical.

Las mismas han sido redactadas con la participación de profesionales en economía, medioambiente, agronomía, educación, medicina, deporte, derecho internacional y otras disciplinas. Tengamos siempre presente que, en la izquierda, en el movimiento independentista tenemos una gran cantera de cuadros profesionales con la capacidad para dirigir el país desde Ya.

En términos generales, hay más afinidad que diferencias entre las propuestas de país que nos presentan las organizaciones mencionadas, podemos incluso observar que son complementarias, en su fondo. En el caso particular del programa del PIP, se esboza un proceso de transición hacia la independencia que plantea entre otros aspectos:

· La continuación de los derechos adquiridos por los individuos en relación con los servicios prestados; entre estos: el seguro social, beneficios de los veteranos, pensiones, entre otros.

· La creación de un fondo de transición; a manera de una reparación de daños causados por los 119 años de coloniaje.

· Libre comercio y libre tránsito de personas entre Estados Unidos y Puerto Rico.

· Acuerdos contributivos para la inversión de empresas estadounidenses en la República de Puerto Rico.

· La posibilidad de ciudadanía dual para aquellos que así lo deseen

Ciertamente que tenemos que desarrollar nuestras capacidades para comunicarnos y llevar el mensaje al pueblo, a las amplias mayorías, sobre la necesidad y la posibilidad de construir un Puerto Rico libre y soberano. En estas conversaciones con nuestros compañeros de trabajo con los vecinos, habrá que explicar que, para construir ese otro país posible, se hace necesario romper con la relación imperio-colonia. Asunto que no está en contradicción con que la Republica de Puerto Rico, tenga buenas relaciones políticas, económicas, deportivas y culturales con los Estados Unidos. Eso bajo las nuevas condiciones y de país soberano a país soberano.

Métodos de lucha

En cuanto a las cuestiones tácticas, decía Lenin, que la organización revolucionaria, “no se ata las manos, no limita su actividad a un plan cualquiera, previamente preparado, o a un solo procedimiento de lucha política, sino que admite como buenos todos los procedimientos de lucha con tal que correspondan a las fuerzas del partido y permitan lograr los mayores resultados posibles en unas condiciones dadas.”

El reconocimiento del derecho que tiene nuestro pueblo, como nación intervenida, a utilizar todos los métodos de lucha a su alcance, ha sido uno de los principales axiomas de nuestra lucha de liberación. El arcoíris de posibilidades de esta diversidad de métodos se mueve desde la participación electoral, el boicot electoral, acciones de propaganda armada, lucha de masas, insurrección armada, solidaridad internacional y cualquier otro que exista o este por crearse.

Entendemos que cualquier tipo de proyecto unitario, de concertación de esfuerzos para constituir, digamos, un Frente de Liberación Nacional, debe empezar por reconocer el derecho que les asiste a las diversas organizaciones que lo compongan a utilizar cualquier método de lucha que estén dispuestos a validar con su práctica y ejemplo. Esto no implicaría sin embargo que el FLN se adhiera a ningún método particular. Las líneas de acción política del Frente serán determinadas de la forma y manera que acuerden los representantes de las organizaciones que le integran. El objetivo central ha de ser el crear un bloque de poder que incline la balanza a favor de la independencia y la justicia social para Puerto Rico, en esta etapa histórica.

El papel de los boricuas en el exilio.

La definición de lo puertorriqueño supera los límites geográficos del archipiélago. Históricamente, el exilio ha contribuido a denunciar el colonialismo, gestionar la solidaridad internacional y de las organizaciones progresistas en Estados Unidos, convirtiendo así el territorio enemigo en un importante frente de batalla

El éxodo masivo de boricuas que ingresan en oleadas a los Estados Unidos viene a encontrarse con una economía en crisis, un país polarizado, donde el racismo, el discrimen y la lucha de clases, han activado muchas luchas sociales y de resistencia al fascismo. En la medida que las organizaciones de la resistencia boricua en el exilio acometan un trabajo organizativo como el que se viene planteando, podremos ver consolidado un frente de resistencia estratégico en las entrañas del monstruo.

Pasar a la ofensiva

Para crear esas condiciones subjetivas que menciona Lenin, tiene que darse un cambio radical en nuestras mentalidades y espíritu de lucha. Debemos pasar a una ofensiva estratégica, con una visión clara de que luchamos para la toma del poder político y que el mismo es posible en el corto plazo.

Esta ofensiva política debe estar montada sobre la agitación y movilización de todos los sectores posibles de nuestra sociedad. Debemos aspirar a dar dirección política a un proceso que mueva todas las luchas, ambientales, laborales, los retirados, contra la violencia de género, contra la criminalidad, por el derecho al estudio, contra la privatización de la AEE, del Departamento de Educación, por el derecho a la salud. Si hablan de una doctrina del shock, nuestra meta debe ser, devolverles el shock a nuestros opresores.

Para ello, la propaganda, la educación y comunicación con nuestro pueblo ha de jugar un papel fundamental. Hay que retomar las calles con pasquines, murales, boletines, pancartas, grafitis. Igualmente hay que ser más estratégicos en el manejo de medios, redes sociales, producción de videos, conferencias de prensa, charlas comunitarias, foros.

Una tarea igualmente prioritaria debe ser la recaudación de fondos que nos permitan mover hacia adelante esta agenda de lucha. Habrá que efectuar actividades, hacer colectas, meternos las manos a los bolsillos, vender bonos de la república.

El llamado es a la lucha de resistencia y a construir un nuevo país bajo las siguientes premisas:

· El cese inmediato del pago de la deuda ilegal, odiosa e inmoral

· Todos los recursos económicos del país para la construcción de la infraestructura energética, vivienda social, agricultura, educación y salud publica

· No a la corrupción y la traición al país de funcionarios públicos.

· Derogación de las leyes de cabotaje

· Fuera la junta dictatorial (Ni un centavo más para sus gastos alegres)

· Abajo el gobierno colonial (Renuncia inmediata del gobernador y su gabinete)

· Abrir el país a la verdadera solidaridad internacional

· Descolonización al amparo de las leyes internacionales y con supervisión de la ONU

· Constituir un Gobierno de Salvación Nacional Puertorriqueña

Apoyemos las gestiones que hacen las organizaciones independentistas para superar diferencias y concertar esfuerzos. Abracemos este minuto histórico, con voluntad de lucha y vocación de victoria.