De la tormenta al iracundo empuje

Caribe Imaginado

alt[Nota Editorial: ensayo a propósito del Festival Internacional de Poesía 2018, celebrado durante la semana del 10 al 17 de marzo en la isla. El pasado lunes 12 de marzo, los poetas, participantes, entre otras Iris Miranda, asistieron a rendirle tributo al poeta José de Diego frente a su tumba en el cementerio del Viejo San Juan].

La figura de José De Diego (1864-1918) es una de las más destacadas de la historia de Puerto Rico, tanto por su entrega a la lucha de la independencia, por la defensa del español en las escuelas como por su lirismo poético y patriótico. En la escuela, recuerdo la lectura de su exquisito poema Elegía a Laura; de su soneto inspirador, En la brecha; y de su canto más alto, Última actio. Para los amantes de la literatura él es pieza importante de la historia de la poesía puertorriqueña y por todo esto no sorprende que se le seleccione para ser homenajeado en la 10ma edición del Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico (FIPPR).

En la ceremonia de apertura, el sábado pasado, su directora y poeta, Vilma Reyes, comenta la pertinencia de la figura de De Diego en el contexto del Puerto Rico post-huracán María: “De Diego era un experto en tormentas”, decía aludiendo al poema “En la brecha”. María, el huracán que azotó, por poco cambia, el homenaje, en silencio, pero la perseverancia de la Junta de Directores del FIPPR y el ánimo de muchos amigos, logró que pudiera llevarse a cabo. Con el lema tomado del mismo poema: ¡Levántate! ¡Revuélvete! ¡Resiste! Se inauguró el Festival.

Un momento igualmente importante en la noche lo fue la pregunta lanzada por el maestro de ceremonias, Marcos Reyes Dávila, acerca de la ausencia de instituciones o entidades públicas que honraran al prócer en el centenario de su muerte. Cabe señalar que De Diego es uno de los nombres más empleados para nominar avenidas, calles y escuelas en Puerto Rico y que estamos en la coyuntura exacta para volver a dar a conocer su obra en todos los aspectos: vivimos en tiempos de tormenta. Como todos los años, el FIPPR invita a los familiares de los homenajeados y esta vez no fue la excepción. Antonio Segurola, bisnieto del prócer siempre recuerda su gesta y nos cuenta que es una tradición familiar visitar su tumba todos los años desde que tiene memoria. Su mensaje fue breve pero contundente: la poesía lleva compromiso.

Que por qué no hay anuncios de actividades que honren su memoria, que por qué no hay entidades que hayan pensado en ello... Tal vez, por lo controversial que es su figura en otros aspectos, pues en su vida profesional fue abogado corporativo de una central azucarera y cuentan que abogó por el derecho a la ciudadanía americana en un Puerto Rico convulso de reciente invasión, atropellos y cambios; o, tal vez, por el Puerto Rico convulso de estos tiempos, lleno de controversias, atropellos y absurdos…

¿Quién pensará en honrar su memoria, más allá de los poetas? ¿Acaso se formarán simposios, o foros o cumbres en torno a su vida y a su gesta? ¿Acaso las universidades, las escuelas que llevan su nombre, los maestros, las escuelas de arte, las de música o teatro, los talleristas independientes?

Se invita a rugir, no a balar.