El Polo Democrático de Panamá ante el 1ro de mayo

Voces Emergentes

altCada 1 de mayo es un motivo de alegría, pero también un llamado a la memoria por aquellos que nos precedieron y que desafiando al poder de turno se atrevieron a exigir derechos fundamentales para la reproducción de la vida en sociedad; sufriendo la persecución, la tortura, la desaparición, la infamia y la muerte. Poco ha variado desde la brutal represión a los trabajadores de Chicago (1886). ¡Nunca los olvidemos!

Actualmente los trabajadores y las trabajadoras panameñas se enfrentan a una dictadura empresarial que conquistó el poder posterior a la invasión a Panamá (1989). Fue el reemplazo de una dictadura militar por una empresarial. Una dictadura es un régimen político en el que un solo grupo gobierna con poder absoluto, sin someterse a ningún tipo de limitaciones y con la facultad de promulgar y modificar leyes a su voluntad y/o intereses.

En ese sentido, los empresarios panameños han sobrepasado las fronteras de sus empresas, corporaciones y sociedades para controlar todas las esferas de la vida social de los trabajadores. Gobiernan el aparato estatal y disponen de sus arcas, manejan los partidos políticos, dictan justicia a su antojo, administran el Canal de Panamá, son dueños de los medios de comunicación y cuenta en ellos con sus parlantes políticos. Editan las líneas de los noticieros, regulan la censura y diseñan la programación. También, se han apropiado de los espacios públicos, de las tierras, los recursos naturales y los servicios públicos que debería ser garante el Estado. Además, están infiltrados en la sociedad civil y son buenos socios de las jerarquías eclesiásticas. Incluso, diseñan los programas educativos que se imparten en escuelas y universidades, como prohíben la organización estudiantil en secundaria.

Para el concurso electoral del próximo año llevarán sus propuestas por medio de sus partidos políticos y sus candidatos de libre postulación. Los últimos serán disfrazados de “independientes” para reemplazar a sus políticos tradicionales empantanados en escándalos de corrupción. Sin embargo, la suerte será la misma para nosotros los trabajadores y las trabajadoras, a los que se nos niega el día, si elegimos sus opciones.

En conocimiento del marco expuesto los trabajadores panameños también tendrán que sobrepasar los confines de sus puestos de trabajos para contraer el dominio de los empresarios. Para ello la necesidad de construir un tejido social entre trabajadores/as, basado en la solidaridad, que pueda ser fuerte y estable, sobre un programa político que no tenga duda de disputar el poder en todas las esferas de la vida y en cada rincón de la sociedad.

Aprovechamos para acompañar a los trabajadores de la construcción (SUNTRACS) en su justa huelga, aquellos que, con la fuerza, la técnica y el desgaste de su vida crean fortunas que les son negadas, aquellos que son vilipendiados por el sentido común sin justa razón, aquellos que con proeza construyen nuestras ciudades pero les son negados disfrutar de sus obras. Para los trabajadores de la construcción su salario y la dignidad que merecen.

Nuestra lucha es por un trabajo justo y digno, nuestra lucha persigue la justicia, nuestra lucha sabe a paz, nuestra lucha es por la vida.