Resistencia cultura y los memes: “nadie [ya] es Ricky Rosselló

Voces Emergentes

altHoy me levanté en un país patas arriba. La desestabilización gubernamental está impactando negativamente todos los niveles socioeconómicos del país. La gente no sabe que pensar, Por un lado las turbas anexionistas vociferan a diestra y siniestra que van a dar palos a todo aquel que no concurra con sus planteamientos. Por el otro la gente sigue caminando como zombis, como si nada les importara. Aceptan los palos, ignoran los gritos y deambulan en busca de un norte que se les escapa como el agua entre los dedos.

En mi juventud, hace tiempo las calles estuvieran repletas de gente protestando. Exigiendo cambios y articulando soluciones. Parece que la mediocridad del “Niñato” de Fortaleza ha dejado a todos atónitos, anonadados.

Bueno, para no darle crédito al Heredero del Mesías, digamos que la inacción popular puede deberse al paso del huracán María, la huelga a destiempo de los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico, la manipulación de los medios de comunicación de los hechos y la actitud de no me importa, me monto en un avión y me largo. 

Pero, aceptar lo anterior es caer preso de una actitud derrotista, Más aún, es ser miope y no percibir los cambios que están ocurriendo en el país. 

La genial historiadora Loida Figueroa Mercado decía que los puertorriqueños poseemos una cultura de resistencia. Nuestra forma de combatir es a través de las diversas manifestaciones culturales que acentúan la identidad puertorriqueña. Esta aseveración se profundiza con el arraigo a los ancestros y la integración al conglomerado cultural antillano.

Si validamos el pensamiento de Figueroa Mercado, nos percatamos de que en Puerto Rico se está llevando a cabo una revolución. Ni el Huracán María, ni el niñato, ni la Junta de Supervisión Fiscal, ni el miedo a un futuro incierto han detenido la creatividad del pueblo ni las manifestaciones folclóricas. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que Puerto Rico está travesando uno de los momentos de mayor creatividad en toda su historia.

Fuera de festivales, producción literaria, bailes de bomba, toques de plena, obras de teatro… la mayor manifestación de afirmación cultural y de ataques guerrilleros en contra de un régimen colonial acéfalo y un imperio decadente, racista y xenófobo, lo constituyen los MEMES.

Para los mayorcitos como yo, los memes nos recuerdan las caricaturas de los periódicos de antaño. Las caricaturas son dibujos que exageran y distorsionan los aspectos físicos de una persona con un objetivo humorístico. También se puede ridiculizar el quehacer o actividad que una persona lleva a cabo. Usualmente las caricaturas son utilizadas para mofarse de los políticos, de los deportistas, de las situaciones diarias que afectan a las sociedades, las instituciones políticas, sociales y religiosas, los grupos y clases sociales, entre otras. Las técnicas empleadas por la caricatura para llamar la atención sobre una persona o actividad incluyen el agrandar aquellos rasgos más salientes de una persona (labios, ojos, nariz, patillas, cabello) y exagerarlos al máximo para causar comicidad o la representación de algún defecto moral.

Empero, fuera de ser un dibujo para sacar una carcajada, la verdadera finalidad de una caricatura era incitar a un cambio social o político. Bien se ha comprobado que el humor logra decir muchas más verdades, incluso las más crueles, porque tiene las espaldas más anchas que las que puede soportar cualquier columna política o editorial de un periódico.

Heredero de las caricaturas periodísticas del ayer, son los memes del internet de hoy. Llamamos meme a diferentes conceptos que se divulgan por internet con el propósito de captar la atención del cibernauta. Los memes pueden ser un vídeo, imagen, página web, hashtag, o simplemente una palabra o frase.

La palabra tiene una raíz griega, “mimema”, que significa “imitación o algo imitado”. Por ende podemos acertar al decir que un meme hace referencia a una forma de propaganda cultural donde las personas transmiten memorias sociales y culturales entre sí. En otras palabras, esas imágenes graciosas que vemos en internet son una forma de transmitir cultura y pensamientos de nuestra sociedad a través del internet.

El padre de los memes fue el zoólogo Richard Dawkins, quien en su libro El gen egoísta (1976) expuso la hipótesis memética de la transmisión cultural. El científico propuso que los seres humanos poseemos dos procesadores informativos: uno es producto del genoma, o sea está inscrito en los genes que heredamos de los ancestros y el otro está en el cerebro, siendo el responsable de replicar la información cultural del individuo, la cual es provista por la educación, imitación o simple asimilación.

Dawkins llamó “meme” a la unidad mínima de información que se puede transmitir. Explica el biólogo que los memes son los cimientos de la base mental de nuestra cultura, así como los genes conforman la primera base de nuestra vida.

En palabras boricuas, los memes no son otra cosa que manifestaciones culturales, una expresión de la sociedad. La idea de los memes originales era transmitir ideas culturales duraderas, pero el acceso a internet las fue modificando para recoger banalidades del diario vivir, o sea, las convirtió en caricaturas para expresar la opinión publica en referencia de un tema.

En Puerto Rico, el personaje favorito para los memes es el gobernador Ricardo Rosselló Nevares. El físico del gobernante, combinado con su falta de erudición, la ambigüedad de su discurso, su mal manejo de los asuntos de estado y su servilismo ante el imperio lo han hecho presa fácil para la creatividad nacional.

Los memes proliferan por las redes sociales. Facebook, Twitter, WhatsApp, los correos electrónicos, los blogs… En un instante el ciberespacio se inunda con mensajes que hacen referencia a situaciones que impactan al país. Los mensajes son risorios, pero llegan a la medula de los huesos.

Los memes hacen risible el mal gobierno, las mentiras y engaños de la administración del Partido Nuevo Progresistas, la inacción en Washington de la “dura” Jennifer González, los ataques del Tiburón Blanco a los de su propio partido (Tomás Rivera Schats), las críticas de Carmen Yulín Cruz a los vejámenes de Donald Trump y sus problemas municipales, la apatía del Partido Popular Democrático, el distanciamiento del Partido Independentista Puertorriqueño con la realidad del pueblo, los problema de educación, la falta de conocimientos de Julia Keleher, el colapso de la reforma de salud, la alta incidencia criminalidad, las maquinaciones maquiavélicas de pesquera, las luchas internas en el Instituto de Cultura Puertorriqueña, los problemas de la Universidad de Puerto Rico, la migración, el desapego a la Patria de los potentados, las victorias deportistas, las canciones del momento… En fin, no hay tema político, económico o sociocultural que no recojan los memes.

La cultura resiste y en cada meme observamos la afirmación identitaria de los puertorriqueños. Condenamos lo condenable, elogiamos lo elogiable y nos aferramos a lo nuestro, lo boricua, lo puertorriqueño

Las protestas ya no son callejeras. Ahora se hacen a través de las redes sociales con memes aleatorios a los incidentes que nos incumben. Nuestra realidad visita no solo a los residentes del Archipiélago Borincano, se extiende por la Patria extendida y visita millones de sitios en las redes. Donde quiera que llegan nuestros memes, no dejan dudas de que somos una nación orgullosa de su acervo étnico-cultural y que estamos en pie de lucha para defender nuestro derecho a ser puertorriqueños.