“Un traductor"- historia sobre los pacientes de Chernobyl en cuba

Caribe Imaginado

altEsta información de Wikipedia sobre la participación del sistema cubano de salud en el tratamiento de pacientes del accidente nuclear de Chernobyl nos permite entender mejor la trama de esta producción cubano-canadiense basada en hechos reales que fue dirigida por los dos hijos del personaje protagónico:

“Cuba ha mantenido desde 1990 un programa de socorro para las víctimas de este accidente nuclear. Casi 24 000 pacientes, de Ucrania, Rusia, Bielorrusia, Moldavia y Armenia, todos ellos afectados por accidentes radiactivos, han pasado ya por el Hospital Pediátrico de Tarará, en las afueras de La Habana. La mayoría de los pacientes son niños ucranianos afectados por la catástrofe, con dolencias que van desde el estrés post-traumático hasta el cáncer. Alrededor del 67 % de los niños provienen de orfanatos y escuelas para niños sin amparo filial. El impacto social de la atención brindada es grande, porque estos niños no tienen posibilidades económicas para tratar sus enfermedades. Son evaluados y reciben todo tipo de tratamientos, incluidos trasplantes de médula para quienes padecen leucemia. En este programa, el Ministerio de Salud de Ucrania paga el viaje de los niños a Cuba y todo el resto de la financiación del programa corre a cargo del gobierno cubano."

“Un traductor” se inicia el día en que Mikail Gorbachev fue recibido en Cuba por Fidel Castro, cuando aún no se sabía los cambios que este dirigente traería a la Unión Soviética y al llamado mundo socialista. Malin, profesor cubano de literatura soviética tras cinco años de estudio en Leningrado, va con su pequeño hijo Javi al recibimiento sin imaginar los cambios que este suceso traería a sus vidas. Cuando la perestroika y la glasnost que Gorbachev impulsa provocan la caída del muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviétics, Cuba entra en el llamado “período especial”, en el que la isla entra en una grave crisis económica surgida de la desaparición del apoyo que hasta ese momento tenía de su aliado soviético.

Malin y sus compañeros universitarios dejan de enseñar literatura rusa y son enviados a trabajar como traductores en el hospital que trata a los soviéticos afectados por el desastre de Chernobyl. Para Malin es muy difícil el cambio pues lo asignan al pabellón de pacientes infantiles, que para un padre como él resulta conflictivo. Después de la renuencia inicial y con la ayuda de la enfermera argentina que vino a Cuba huyendo de la dictadura militar argentina y atraída por aportar al sistema de salud que tanto admira, se identifica con los niños enfermos e inventa formas de ayudarlos a superar su difícil situación. Que el trabajo sea de noche contribuye a alejarlo emocionalmente de su esposa, curadora de arte, que le acaba de revelar que está embsrazada.

Las escaseces surgidas en el “período especial” complican el panorama. No hay gasolina para su auto, por lo que tiene que ir al hospital en bicicleta. Los alimentos comienzan a escasear, lo que repercute en la nutrición de su pequeño hijo.

Malin se dedica en cuerpo y alma a ayudar a los pacientes leyéndoles cuentos infantiles cubanos en ruso e involucrándolos en tareas manuales. Uno de los niños sufre de cáncer y Malin lo ayuda a él y a su padre a tratar de superar la difícil situación por la que atraviesan. Su entrega a su misión lo separa cada vez más de su esposa Isona quien decide separarse de su marido aunque después, al visitar el hospital entiende el proceso que él ha estado viviendo

“Un traductor” conmueve y no es de extrañar que, como en la ocasión en que fui a verla, el público asistente la premie con un nutrido aplauso al terminar el film.

Rodrigo Santoro, actor brasilero ya cotizado en el cine internacional tras su labor en Westworld, logra una sólida actuación en el personaje central sin que advirtamos que su idioma natal es el brasilero. La argentina Maricel Alvarez, que hizo de la esposa de Javier Bardem en Biutiful también convence como la enfermera argentina y lo mismo puede decirse de la actriz cubana Yoandra Suárez como su esposa Isona y del europeo Genadijs Goldanov en el rol del padre del niño que sufre cáncer.

“Un traductor” se vuelve a presentar el domingo 7 a las 9 y 30 PM y el jueves 11 a las 4 y 30 PM en el Festival en el Fine Arts Cinema de Miramar.