Hasta ayer me vestí de margaritas
para reír contigo.
En pétalos del sí, abría mi corola
como letrero de opening night.
En pétalos del no, soñaba
tu aliento macho, de carne y de Dos X.
Ya no me vestiré más así.
El desamor chupó de mí
todo el candor de la espera.
Solo quedó la sal de tu sudor
en mi camisa virgen
y el dulce falso del limón
de aquel primer beso hiriente.
De margaritas me deshojé sola,
para formar tu corona de muerte,
entierro de blanco y sonreír
en cada pétalo
por ti.