Nuevamente, la vi hace unos días en un avión mientras transitaba entre mundos. Lloré porque me conmocionó. Descubrí a Lady Gaga. Me encantó. Ahora soy su fanático. En fin, una película de amor, en estos tiempos, y donde pese a todo, uno debe dar fe de creer aún en el amor. A star is born (Dir. Bradley Cooper, EE.UU., 2018), la cuarta versión (1937, 1954, 1976 y 2018) que existe de esta película desde la inicial en el 1937, es una película linda donde cada vez que la hacen uno llora con alegría.
En fin, que la más reciente versión es similar a la de 1976, en la cual un cantante de rock/música popular, es adicto al alcohol y las drogas (Bradley Cooper) y pese a que apoya la carrera de su mujer Ally (Lady Gaga), la suya se ve apagada. Completamente.
La vida como es. Las adicciones permiten promover cine, pero también tienen efectos reales en las vidas de las personas. Terrible, pero la vida como es. En esta medida, la película es linda no porque contenga un discurso moral sobre las adicciones, sino porque contiene un hermoso mensaje sobre el amor. Es una película linda.
La dirección de Cooper es suprema. Así como la música Cooper/Gaga, todo grabado en original para esta película, y las actuaciones. En particular hay que destacar la actuación de Lady Gaga (nombre real Stefani Joanne Angelina Germanotta), la cual fue extraordinaria.
Deben ver esta versión. Es la que se le queda pegada a usted, con la cual puede convivir. A verla en cualquier formato.