la dócil cerradura
Borges
Mis mejillas rosadas no
ellas estarán pálidas
ese día cuando me vaya
quedarán pues mis libros
los encuadernados en piel azul
con letras doradas
en un joyerito quedarán
los dientes de leche de mis hijos
que he guardado toda una vida
(qué hermosa manera de nombrar: dientes de leche)
quedarán inmaculados mis anillos de plata y de oro
como aquellas dos “ruas” de Lisboa
Rua da Prata y Rua do Ouro
donde caminé con él tomados de la mano
quedará mi pelo dorado que hice cortar a los 9 años
un día oscuro de mi vida
quedarán los cubiertos de plata
me sobrevivirán un siglo después de mi partida
mis sábanas bordadas con iniciales de boda
mis bolsos de cuero italiano
cristales con perfumes a medio usar
todo quedará atrás
todo aquello que no he perdido
Las ropas que no rasgué
las fotos que no desaparecieron
la pulsera de oro que llevé años
en mi muñeca izquierda
el collar de perlas de mi madre
la serpiente acaracolada en mi dedo corazón
todas estas cosas quedarán cuando cierre los ojos
tantas cosas que no supieron de mí