Líderes de Pastores por la Paz ratifican continuidad del movimiento

Espiritualidades
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Para Gail Walker y Luis Barrios, codirectores de la Caravana Pastores por la Paz, la continuidad del movimiento solidario con Cuba a dos décadas de su inicio representa una obligación para las personas de conciencia.

Cuando el pasado 21 de julio los 45 miembros de la 23 edición de la iniciativa arribaron a Cuba, ambos líderes ratificaron el compromiso de continuar el apoyo a la isla y el desafío al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos desde hace más de 50 años.

Nunca pediremos una licencia a nuestro Gobierno para viajar a Cuba, porque hacerlo significaría estar de acuerdo con que nos digan cuándo podemos venir y qué podemos traer, manifestó Walker a Prensa Latina.

La hija de Lucius Walker, promotor del movimiento fallecido en septiembre de 2010, consideró que tienen el derecho de mantener la comunicación con hermanos y amigos en la isla, y el mejor modo de hacerlo es retar el cerco impuesto por Washington.

Los viajes de ciudadanos estadounidenses a la nación caribeña tienen un carácter restrictivo, pues solo algunos sectores pueden visitarla bajo rigurosas medidas y autorizaciones del Departamento del Tesoro, las cuales incluyen límites y prohibiciones para sus actividades.

Por eso, de acuerdo con la activista, uno de los reclamos del movimiento es que los norteamericanos puedan visitar este país sin necesidad de licencia alguna, y de ese modo conocer de cerca la realidad del mismo.

Luis Barrios, líder de la iglesia episcopal Santa María, de Nueva York, expresó que más allá de la ayuda material, la mayor contribución de la Caravana es el trabajo educativo que realizan a su paso por diferentes ciudades estadounidenses.

Compartimos con personas de 45 estados durante más de 15 días, explicó Barrios, y cuando llegamos a esos lugares generalmente nos recibían miembros de congregaciones religiosas, de partidos comunistas o de movimientos sociales como el "Occupy".

Según el activista, aprovecharon esas reuniones como plataforma para hablar sobre la Revolución cubana y su significado, el daño provocado por el bloqueo, así como el caso de los cinco antiterroristas cubanos condenados en el país norteño por prevenir acciones violentas contra la isla.

Venir a Cuba es fácil, manifestó, aquí nos sentimos tan bien que después no queremos irnos, "pero el trabajo que se haga en Estados Unidos, la labor educativa, es la más importante".

Las caravanas de amistad Estados Unidos-Cuba comenzaron en 1992, como un proyecto contra el bloqueo mediante el cual un centenar de activistas visitaron el país en aquel viaje inicial.

Sillas de ruedas, medicamentos, equipos de primeros auxilios, materiales escolares e implementos deportivos son algunos de los productos donados a Cuba por el movimiento, que en esta ocasión recolectó 100 toneladas de ayuda humanitaria.