Pierluisi, quien se proyecta como un hombre de voz suave y pausada, quien se proyecta como un hombre sereno y sensato, quien quiere proyectar una imagen de un hombre de un estado democrático prudente y razonable; con su autoproclamación como Gobernador del país, llevó cabo un claro acto en violación de la Constitución del Estado Libre Asociado.
El viernes 2 de agosto de 2019, a las 5:01 pm, Pedro Pierluisi, el recién consentido Secretario de Estado, solo por la Cámara de Representantes, se autoproclamó nuevo gobernador de la isla.
La Constitución en su Artículo IV, sección 5, establece que el nombramiento de los Secretario de Gobierno, incluyendo al Secretario de Estado, será hecho por el Gobernador con el consejo y consentimiento de Senado. Sin embargo, la posición de Secretario de Estado también requiere el consejo y consentimiento de la Cámara de Representantes. Es decir, para que haya un nombramiento valido de un Secretario de Estado, se requiere el nombramiento tanto el Gobernador, como el consentimiento de los dos cuerpos legislativos.
A pesar de que Ricardo Rosselló, antes de que se hiciera efectiva su renuncia, nombró a Pedro Pierluisi como Secretario de Estado; para que el nombramiento fuese valido, requería el consejo y consentimiento tanto del Senado como de la Cámara. El que uno de los dos cuerpos legislativos confirme el puesto de Secretario de Estado, no es suficiente para validar ese nombramiento, porque la Constitución, requiere que sean los dos cuerpos legislativos. Entonces la pregunta es ¿puede tomar posesión un nombrado Secretario de Estado, que contrario a lo establecido en la Constitución, sólo ha sido ratificado por uno de los cuerpos legislativos? Para mí la contestación es en la negativa. Ahí está la controversia constitucional.
La autoproclamación de Pierluisi como gobernador es ilegal. Es un principio de ley, que las acciones ilegales son nulas desde su origen por lo que no surten ningún efecto legal. De modo que Pierluisi, ha comenzado una gobernación como lo haría cualquier dictador, en violación de la ley suprema de un país, usurpando el poder que nadie le ha concedido. Bajo el orden sucesoral, gústele a quien le guste, la llamada a asumir la vacante de la gobernación es la Secretaria de Justicia, Wanda Vazquez. Hasta el día de hoy, se supone que Puerto Rico es un país democrático. Entonces, ni los manifestantes pueden violentar el orden sucesoral ni el autoproclamado gobernador tampoco puede hacerlo. De lo contrario, estaríamos en un estado de anarquía.
Independiente de los temores que se tengan o puedan tener sobre las intenciones del presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, lo cierto es que el problema que tiene el país es uno creado por el Partido Nuevo Progresista. Sin embargo, las soluciones para corregirlo, particularmente tratándose de asuntos de extrema importancia para la estabilidad de nuestro país, requieren de forma obligatoria hacer valer los mandatos constitucionales. Ante este cuadro, prospectivamente, es necesario evaluar el hacer cambios democráticos para atemperar nuestra Constitución con situaciones como las presentes.
Toda esta experiencia de país requiere que pensemos en la necesidad de aprender a ejercer nuestro derecho al voto de forma independiente, consciente y no partidista; requiere penar en hacer cambios a la constitución, ya sea para incluir la posición de un vicegobernador electo por el pueblo o unas elecciones de emergencia para seleccionar un nuevo gobernador. Pero todo eso es prospectivo. Ahora, hay que proteger la Constitución tal como está.
Eso conlleva que Pedro Pierluisi, desista de su intento de golpe de estado. También requiere decirle al Senador Thomas Rivera Schatz, que su estilo es rechazado. Debemos estar pendiente a los acontecimientos que trasciendan en el Senado de Puerto Rico, mañana lunes 5 de agosto de 2019. Gente como dice el refrán “hay que tenerle ojo al pillo”. Basta de abusos políticos y de corrupción gubernamental, venga del partido que venga.