Fui a verla interesado por la casa productora, Piñolywoods Studios. Entonces me encuentro con posiblemente el mejor filme realizado en Puerto Rico, en muchos años. Un filme comercial, para que destruya las estadísticas de filmes argentinos en Puerto Rico, que duraron años en cartelera. Otra boda en Castañer (Dir. Raúl García, Puerto Rico, 2019), es simplemente una gran película, con buena, muy buena, comedia, un guion que se sostuvo a lo largo de los 90 minutos del filme, pero más que nada con varias actuaciones memorables.
La historia es tal vez parte de la primera franquicia de cine boricua, exitosa. Bueno, reconociendo la contribución que la saga de Mi verano con Amanda (Dir. Benjamín López, Puerto Rico, 2008), ha hecho en Puerto Rico. Pero el tema de la boda, en el pueblo más soberano de toda la isla, el casi municipio de Castañer, permite explorar las ocurrencias de una familia de clase media en dicho pueblo, la familia Zalduondo, que como todos comentan en el filme, “tiene historias”.
En esta ocasión, el hijo Eduardo, hijo (Marcos Carlos Cintrón) decide que desea seguir los pasos de su hermana, y quiere también casarse. Su boda, junto a Maurice (Ricardo Rodón) no plantea un reto mayor para su familia, pero sí para los chismosos del pueblo. El resto es cine Boricua en su mejor momento.
En adición a un guion muy bien trabajado, el cual tenía pocos problemas de estructura narrativa, un componente muy importante lo fueron las actuaciones. En este sentido, Braulio Castillo, hijo (Dr. Eduardo Zalduondo) tuvo su mejor actuación en mucho tiempo. Magistral, simplemente magistral. También hay que destacar la actuación de Adrián García (Don Moncho) en su rol entre la vida y la muerte.
Hay que ver esta película que evoca lo mejor del cine costumbrista globalizado a lo Kusturica con The times of the gypsies (Dir. Emir Kusturica, Yugoslavia, 1988). Hay que verlo, apoyarlo y reírse rico. Adelante, a los que produjeron y dirigieron esta película. ¡Adelante!