La fui a ver, pues es el evento mediático del año. También, porque la actuación de Joaquín Phoenix, como el guasón, dicen que está a nivel de un Oscar. Pues bien, The Joker (Dir. Todd Phillips, EE.UU., 2019) es una película, por decir lo mínimo, controversial, sobre la ética. Por decir lo mínimo, me reitero, controversial.
Se trata de un estudio de personaje, sobre la figura del Guasón (Joker), que antecede a su aparición en el mundo de los cómics DC sobre Batman. La película, bien pensada y escrita por el propio Phillips junto a Scott Silver, nos plantea como fue la infancia de este personaje “claro” del mundo de los cómics. Entonces, en la historia de Natural Born Killers (Dir. Oliver Stone, EE.UU., 1994), todo asesino tuvo un pasado. Peor aún, en el caso de Joker, que el mismo tuvo un problema de salud mental que lo lleva a su condición de hoy.
Pues bien. La película es incontable, pues está basada en los clichés de quien no tiene padre, sufre; a quien la madre le miente, sufre; a quien lo excluyen, sufre; a quien el estado benefactor le falla, sufre. En fin, que la razón de ser de la maldad es el sufrimiento, y por tanto, a partir de ese reconocimiento, todo podría ser justificable. Difícil para mi creerlo, honestamente, en la era de #metoo, así como de la Alerta Nacional contra la Violencia de Género en Puerto Rico.
Dicho lo anterior, usted ve la película como cientos de miles lo han hecho., Pero la ve a sabiendas que en cuanto a la violencia de género, la película es muy difícil. No obstante, la va a ver porque desea examinar la razón actoral de Phoenix, quien debe ser nominado al Oscar por esta película, y como va el 2019, debe llevarse la estatuilla. No tiene competencia en la categoría mejor actor.
En fin, difícil para mi recomendar este filme. Usted decide. Es su criterio y su decisión.