Baldorioty y los autonomistas del 1897

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altBaldorioty convoca en su época las mejores mentes del país, dignifica nuestra historia y el ideal del autonomismo y más que eso organiza a un país y le da forma a una idea descolonizadora.

Sus luchas forman parte de una lucha histórica de la resistencia en el afán por alcanzar poderes y libertades desde la honradez y el amor a un país. En ese partido militaron los hombres que se opusieron a las persecuciones viciosas de los gobernadores militares, al sistema de libretas, a la odiosa esclavitud. Los mismos que décadas más tarde, se enfrentaron a las turbas republicanas, a la dictatorial Ley Foraker y que a mediados del siglo XX, combatieron la insufrible imposición de eliminar el español de las escuelas públicas.

La gran herencia espiritual de esa época fue el amor a la patria, que nos polinizó el alma y con ello las ganas de hacer un mejor país.

Finalizo repitiendo las palabras que escribió a los cien años de la Asamblea Autonomista de Ponce, Salvador Ti

“El hombre que fue capaz por su sabiduría, por su espíritu de justicia, por su vocación de libertad, por su tacto político de hallar la manera de juntar que es la única manera de hacer gran política, fue Román Baldorioty de Castro."

"Las tres figuras máximas de estos hipertensos cien años han sido, mirando hacia el pasado, Luis Muñoz Marín, Luis Muñoz Rivera y Román Baldorioty de Castro. A los tres les correspondió en su momento impedir que radicalismos extremos precipitasen al país a un desastre" ¿porque fragmentar en grupos mínimos una fuerza que sólo puede alcanzar el poder manteniéndose junta"

“Baldorioty entendió lo que significaba en aquel momento la ruptura y sacrificó cuanto había que sacrificar por mantener esa unidad. Impidió entonces, como poco años después Luis Muñoz Rivera, que radicalismos estériles quebrasen la voluntad puertorriqueña de entrar en la historia por derecho propio. “

Sin Baldorioty no hubiera podido Muñoz Rivera, su heredero político, conseguir la Carta Autonómica, ni luego la Ley Jones, que aunque marcadamente insuficiente, mejor que la tiránica ley Foraker, ni Muñoz Marín el estadolibrismo puertorriqueño que sigue siendo insuficiente en su aspiración autonómica, pero indispensable para alcanzar mayores poderes en amistad y unión con E.U. para poder resolver nuestros propios problemas, con soluciones propias.

Sin Baldorioty sin Asamblea del 87 no hubiera tenido Muñoz Rivera las Armas para arrancar a la monarquía española la Carta Autonómica del 1897, Y sin esa carta como antecedente no hubiera el instrumento para aflojar, con la ley Jones de 1917, la camisa de fuerza de 1900. Ni Luis Muñoz Marín la palanca política para indispensable para alcanzar apenas terminada la Segunda Guerra Mundial, un gobernador electivo en el 1948 y en el 1952”[47].

La pregunta que tenemos que hacernos ahora en el siglo XXI, ¿es sí podrían las nuevas generaciones desconectadas de su historia, sin un sentido de la dignidad de la misma?