[Nota del autor: En homenaje a Kevin Harrington. ¡Viva la vida, Kevin, viva la vida!]
Era un genio. Lo conocí hace muchos años, cuando vivía en Londres.
De ahí surge el Dekalog Five [no matarás] (Dir. Krzysztof Kieślowski, Polonia, 1988). Con un presupuesto de 10 mil dólares, hicieron una película monumental. La misma cuenta la historia de un joven, descarrilado de la vida, que tiene problemas. A su vez se enfrenta a un taxista, quien también tiene problemas de vida, y en un acto de despojo, el joven le intenta robar y lo asesina. Esa es la película, y donde ante el asesinato Polonia imponía la pena de muerte como castigo. El talentoso abogado, ángel de la redención intenta explicar los problemas sociales que aquejaron la vida y emociones del joven. Nada pasó. Lo más monumental, es el proceso de ejecución del joven, que la película de forma gráfica y real, te lo muestra completamente.
Al final de Dekalog Five, uno tiene el sentimiento que ninguna muerte se justifica. Ni por castigo ni por pena, ni por un crimen. Por lo que hay que homenajear siempre la vida. Sobre todo en tiempos de criminalidad y de pandemia. Hay que celebrarla.
Esta película merece ser vista. Filmada en blanco y negro, con un presupuesto limitado pero con un guión excelente, hay que verla. Gratis en las redes sociales.