El Cimarrón... sigue y seguirá fugao [y embistiendo]

Cine caribe

alt¡Levántate!, ¡revuélvete!, ¡resiste!

Haz como el toro acorralado: ¡muge!

O como el toro que no muge: ¡embiste!

José de Diego

Tengo problemas con el concepto, hoy normativo, de "resistir". Resistir es reconocer que estamos bajo la dominación y subordinación del dominante, del amo. Por eso, es que en uno de los poemas nacionales, En la brecha de José de Diego, el toro no resiste, embiste. El cimarrón, concepto caribeño que afirma la libertad del hombre y la mujer [negros y de sangre africana] que resiste su esclavización y dominación a manos del hombre y la mujer blancos, dueños de la plantación, no resiste. Embiste. Se libera, lucha por ser siempre libre. Y que nadie se llame a engaño en el territorio colonial de Puerto Rico, el primer acto de libertad lo exigieron las mujeres esclavizadas [blancas] que contra su voluntad en la primera década del Siglo 16, fueron traídas como mujeres de servidumbre para la prostitución. A partir de ese momento, toda población esclavizada en Puerto Rico, ha luchado siempre por su libertad.

Iván Dariel Ortiz, cineasta, y su padre, Iván Gonzalo Ortiz, productor, legaron en Puerto Rico una serie de películas, que en estos tiempos de pandemia y falta de salas de cine abiertas hemos podido volver a examinar. Este es el caso hoy del filme, al día de hoy el único largometraje que tenemos sobre el tema, titulado El Cimarrón (Dir. Iván Dariel Ortiz, Puerto Rico, 2007). Es un filme extraordinario que cuenta una historia de amor, entre dos esclavos que contra su voluntad fueron traídos desde África a Puerto Rico en el 1809.

Es curioso, que en los tiempos de reabrir el tema irresuelto del racismo, a partir de la brutalidad policiaca en los EE.UU., y el penoso y horrible acto de asesinar a George Floyd, nadie haya pensado que se le ha dedicado tan poco a examinar la cultura profunda de la esclavitud y su legado en Puerto Rico. Por eso nos es sumamente curioso, que en la historia de nuestro país solo haya dos películas en torno a la esclavitud: El resplandor (Dir. Luis Maisonet, Puerto Rico, 1969); y El Cimarrón. Hay un cortometraje, El Cimarrón (Dir. Antonio Rosario Quiles, Puerto Rico, 1986). sobre el tema bajo discusión, en el cual participó el boxeador Jaws Ocasio. Pero la filmotéca nacional en cuanto a la esclavitud en Puerto Rico, es muy limitada.

Esto es patético, y por eso el distanciamiento cuando uno descubre que Alexandra Lugaro ha descubierto su blancura y su privilegio, tan reciente como el pasado lunes 1 de junio de 2020. Una pena que siendo su familia una dedicada a la empresa de la educación remedial en Puerto Rico (es decir contratistas del Departamento de Educación), no hayan desarrollado ningún modulo para desaprender el racismo y transformar la desigualdad racial en la isla.

Pero volviendo al tema, El Cimarrón de Ortiz, nos recrea un momento particular de la esclavitud, antes de que Ramón Power y Giralt se convirtiese en el primer diputado boricua a las Cortes de Cádiz (1812), y donde la población blanca en la isla, se dividida en mantenerse como colonia o en proclamar la independencia sin esclavos.

La película tiene actuaciones magistrales, en particular la de Dolores Pedro Torrente (Femi) y la de Pedro Tolemaco (Marcos). De igual forma hay un reparto de honor, que incluye entre otros a Fernando Allende, Willie Dentón, Modesto Lacen, y Teófilo Torres.

Ahora bien, este filme se suma al trabajo hoy histórico de Luis Maisonet (El resplandor), que ha ido documentando en la isla el tema de la esclavitud. Hoy a esta experiencia se suma la literatura de Hiram Lozada, Mayra Santos Febres, Roberto Ramos Perea, Yolanda Arroyo Pizarro, Ana Lydia Vega., Angel "Chuco" Quintero, Ebenecer López Ruyol y Lydia Milagros González. De igual forma se suma el trabajo de colectivos sociales y humanos como la Cátedra de Negras Ancestrales, el Colectivo Ilé y los 33 Hombres Negros por Oscar.

En una nota más personal véase mi ensayo "El Cimarrón sigue fugaó: esclavitud e identidad en la representación de lo puertorriqueño", en el libro Cinema Paraíso de Patricia Díaz Zambrana y Patricia Tomé (Isla Negra, 2010), donde realizó una reflexión crítica del filme. De igual forma mi ensayo El Club Tanamá: la invisibilización del hombre y la mujer negros por el independentismo puertorriqueño (Isla Negra/Pasillo del Sur Editores, 2016). Estos textos, ambos ayudan a entender el contexto de la película El Cimarrón, y sobre todo su legado.

Gracias a los hombres y mujeres negros, mulatos y afrodescendientes de Puerto Rico, el Siglo 21 ha recibido una explosión de manifestaciones racialmente negras, que no existió en ningún siglo anterior en Puerto Rico. Eso hay que valorarlo profundamente dado que, a nuestro ritmo, poco a poco, pero con determinación sobre el tema de la esclavitud, la cimarronería y la lucha por la libertad e independencia, Puerto Rico ha hecho una valiosa aportación. Gracias a los Ortiz, por habernos dado el filme El Cimarrón en este siglo. Adelante, más cine comprometido como el del Iván Dariel e Iván Gonzalo Ortiz.