(San Juan, 10:00 a.m.) Cuando viví en África del Sur, los últimos años del régimen del apartheid, descubrí que ningún blanco era racista. Todos las personas que conocí, esencialmente blancos y liberales, siempre me dijeron que nunca habían sido racistas y que por lo tanto el problema era de otros.
Algo así experimentamos hoy en Puerto Rico y en los EE.UU. Más y más las formas de exclusión que en el pasado era "normales", hoy se están viendo atrincheradas y las personas que las promueven, han creado la tendencia (trending) en las redes sociales de que "yo no fui, fueron los otros". Hoy nadie reclama ser racista. Todos reclaman que los racistas fueron otros.
Es curioso, pues desde Facebook y sus auspiciadores que han desistido en apoyarlo, hasta los gobernantes de turno en Puerto Rico, todo el mundo implora que el racismo es un problema y hay que resolverlo. Pero, y si yo me lo he preguntado presumo que usted se lo ha preguntado también, ¿por qué nadie había respondido antes a la cultura del racista que es tan prevaleciente en el país? La contestación simple es porque no era tendencia (trending), o porque a nadie le interesa, o ha sido colaboradora de la cultura del racismo.
Es momento de pensar la vida de otra forma. Si se piensa de otra forma, entonces, habría que apoyar formas no racistas de vida, en todo momento, y no por tendencia. Una vez la tendencia deje de marcar, el debate que tiene hoy encontrado a los opositores y promoventes de las redes sociales, entonces nos olvidamos. A fin de cuentas ha sido el capital el que ha tomado control de toda la situación y determina nuestra euforia. Pensemos.
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Jue, Abr