Si es ... tiene que ser bueno

Caribe Hoy

 

altAbrí mi alacena y allí estaban, varias latas de habichuelas, salsa de tomate y condimento Goya. En estos días se promueve un boicot a los Unanue por el comentario de su presidente, Robert Unanue, quien, en conferencia de prensa desde la misma Casa Blanca, dijo que debíamos sentirnos bendecidos por tener el liderazgo del Presidente Trump.

Al poco tiempo, las redes sociales explotaron y los hispanos de todo Estados Unidos y los caribeños, ahora se debaten, acaloradamente, si ser partícipes del boicot o no. La controversia, estimo, no es solo que los hispanos estén molestos con el espaldarazo a Trump sino por el hecho de sentirse defraudados por Goya, cuyos productos son parte de la sazón de los alimentos que a diario comen muchísimos hispanos.

En Puerto Rico, decir Goya es casi tan puertorriqueño como hablar del coquí y los indios taínos. Su página web indica que “la empresa fue establecida en 1936 por emigrantes españoles, que es la mayor empresa hispana de alimentos en los Estados Unidos y la principal fuente de la auténtica cocina latina que provee a sus clientes a precios asequibles, más de 2.500 productos de alta calidad del Caribe, México, Centroamérica, Sudamérica y España.” En 1936, Prudencio Unanue y su esposa Carolina, emigraron a Puerto Rico desde España, y luego se fueron al sur de Manhattan, donde comenzaron su empresa a pequeña escala. Hoy en día, la empresa tiene 26 instalaciones a lo largo y ancho de los Estados Unidos, Puerto Rico, República Dominicana y España; y emplea a más de 4.000 personas en todo el mundo. La empresa genera $1.5 millones en ventas anuales del mercado hispano.

Goya es muy consciente del impacto que tiene entre los hispanos. Por otro lado, el Presidente Trump ha sido una “bocajarro” hacia los hispanos. A los inmigrantes hispanos los ha llamado narcotraficantes, violadores, abusadores y criminales. A los puertorriqueños literalmente nos tira el papel toalla, como una migaja de pan, porque así de desechables y desesperados nos percibe. Desde la perspectiva de Trump, si fuera por él, vendía a Puerto Rico.

El asunto es que tanto Trump como Unanue, son empresarios neoliberales que todo lo miran bajo el crisol del lucro. Mientras estén haciéndose millonarios todas las artimañas les vale. Unanue, pudo haber sido más prudente en sus expresiones, de forma que evitara ser cómplice de las vejaciones continuas de Trump hacia hispanos, comunidad de quien la empresa del primero se lucra y los ha hecho millonarios. Pero optó por ensalsar, sin tomates, el ego personal de Trump.

En este momento, cada hispano o persona que se haya sentido injuriada por los comentarios de Unanue, debe, individual e independientemente, decidir si ejerce su derecho democrático a expresarse, a través del mecanismo de boicot económico dejando de comprar productos Goya. Es importante sin embargo, que seamos respetuosos de la decisión que cada cual tome. Porque en esa medida damos cátedra de lo que es la tolerancia y el respeto a opiniones contrarias.

Los productos Goya no necesariamente tienen que ser buenos para todos. Los boicots económicos son formas que el pueblo tiene para ejercer presión. Elija usted lo que quiera hacer.