(San Juan, 10:00 a.m.) La hemos pasado mal. Peor de lo imaginado por nuestros escritores de ficción. Seguimos aquí, y estar es parte de lo importante. Son cientos por no decir miles, los puertorriqueños en vicisitud y mucho de esto es gracias al Estado. Otra parte por nuestra inacción; de culpas no se trata esta reflexión o texto. Es sobre lo que se ha hecho por la evolución social que resulta del génesis y prolongación de la pandemia por Covid-19.
El hecho de ver y vivir nos permite aprender y muchas personas esto le sirve de inspiración para incluso emprender en negocios. Servicios de mercado a tu casa. Clases a distancia, que aunque para algunos ineficientes son una modalidad universal que funciona. Reconocimiento de la vitalidad de algunos empleados y de lo irrazonable que es el mínimo federal de $7.25 por hora. Incluso, hasta el regreso de guaguas para turistas hemos visto.
Lo anterior ha sido una parte de lo vivido. Gracias a este momento histórico de mal gusto también se aclararon las aguas turbias sobre la vitalidad de tener un 100% de libertad y derecho de producción, distribución y consumo de productos llevados al mercado por puertorriqueños. Espero entiendan que es probable que tengamos momentos donde se podría pasar mal de nuevo; qué tan favorables sean los resultados de la experiencia dependerá de si lo hacemos o no. Porque evidencia de que podemos, también tenemos.
¡Buenas nuevas; buenas nuevas. Vengo a repartir buenas nuevas!
Les traigo buenas nuevas: la pandemia creó oportunidades para los boricuas
