(San Juan, 1:00 p.m.) En el día de hoy la policía intervino con dos personas más por allegadamente intentar cambiar cheques fraudulentos del PUA. Es curioso, son personas, en apariencia, pobres, marginadas y con historial delictivo. No obstante, los “Hijos del PUA” esos que envuelven a los hijos de gente importante del país, entre ellos el hijo de una periodista, y que están vinculados al Colegio San Ignacio, continúan impunes.
Es terrible vivir en un país de una doble vara. La que se aplica a los pobres y la que se aplica a la gente con capacidad económica fuerte. El país no puede sostenerse de esta forma, pero es así como el mismo opera, de forma diferenciada para los pobres y para los ricos.
Dentro de esta situación, entonces hay otras ventanas que se pueden abrir. Entre otras, pensar si las personas intervenidas recientemente por violar las disposiciones del seguro de desempleo para la pandemia (PUA) son blancas o negras. Podría uno también preguntar si los estudiantes en del Colegio San Ignacio, son blancos o son negros.
No obstante, lo que es curioso es que no existe una cultura de honestidad para resolver un asunto tan importante como es la necesidad económica ante la precariedad creada por la pandemia. Seria interesante saber si los que han sido arrestados (van ya por cinco personas en los pasados días, así como los 30 estudiantes del Colegio San Ignacio involucrados en el esquema, tenían necesidad real, o simplemente estaban intentando robar dinero. Pensemos.