Hay que ver siempre el cine de Eddie Murphy. Este nos acuerda siempre de los valores dominantes, donde la figura del buen padre es esencial. One thousand words (Dir. Brian Robbins, EE.UU., 2012), es un tipo de comedia que aborrece, pero que por su propia historia es aún más aburrida.
Producida en el 2009, por problemas de gerencia en la casa de los productores, la misma fue retrasada para salir en el mercado. Se hizo en el 2012, y cuando salió su principal crítica fue que los chistes no eran consistentes con el momento. En fin, un papelón.
La película narra la vida de Jack McCall, un agente literario quien para triunfar, como muchos, miente. En ese proceso, conoce a un gurú, quien le compromete su literatura a partir de un cambio de vida de McCall. Esa es la trama. Realmente no son mil palabras, sino mil hojas las que tiene un árbol, que cada vez que McCall/Murphy habla, se desprenden, lo cual lo acerca a su muerte.
En fin, entretenimiento básico con un Eddie Murphy que pese a todo, es un gran actor de comedia, cocinado y cocido en lo mejor de Saturday Night Live, pero que como el bien dice, “nací pobre en el gueto y nunca he progresado”. Es decir, Murphy es pese a todo uno de los actores peor pagados de Hollywood, y su fortuna es pequeña pese a toda la comedia que nos ha brindado.
Su falta de trabajo en tiempos recientes se debe mas a un a auto retiro que se ha impuesto desde los pasados 10 años. Razones, es padre de 10 hijos a los cuales cría con esmero, y por otro lado se cansó de las comedias baratas. A thousand word es parte del problema.
La película esta en las redes sociales. A disfrutarla si no tiene nada más que hacer. Se ganó el premio de la peor película de 2012. Así es la vida.