Rivera Schatz, Vázquez Garced y el Nuevo Código Electoral implosionan al PNP

Justicia Social

(San Juan, 10:00 a.m.) “El hombre propone y Dios dispone”, así dice uno de nuestros tantos dichos.  Pues bien, siguiendo la teoría de Maquiavelo de que “el fin justifica los medios”, en el mes de mayo, estando en medio de la ebullición la pandemia y el encierro obligado de la población boricua a raíz del Covid-19, Tomas Rivera Schatz, en cuartos oscuros, gestó la aprobación de una nueva ley electoral amañada para darle a su partido el control total de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE).  Esto a solo 3 meses de unas primarias y a 6 meses de unas elecciones generales.

A todas luces, el propósito del nuevo código electoral, que fue aprobado por la gobernadora Wanda Vázquez Garced, busca darle al PNP una ventaja política en las elecciones de noviembre. A pesar de que estos dos políticos negaron tal objetivo, los resultados desastrosos del proceso electoral para realizar las primarias, que bochornosamente el pueblo de Puerto Rico presenció ayer domingo 9 de agosto, debe descorrer y dejar al descubierto la manipulación de los comicios generales que se avecinan en las elecciones de noviembre.

Lo sucedido ayer domingo, a parte de bochornoso, es la primera vez en la historia de las elecciones en Puerto Rico que ocurre una catástrofe y un colapso total de nuestro sistema electoral.  Antes de que a Tommy le diera con cambiar el juego, nuestra ley electoral, y la forma en que el proceso se llevaba a cabo, era uno de vanguardia que sirvió de modelo para muchas jurisdicciones y países vecinos.  A Tommy, en su ambición de dominación, control y poder, se le olvidó, como dice el norteamericano “if it ain’t broke don’t fix it”.

Lo sucedido ayer, de salida, violentó el mismísimo primer principio de este nuevo código electoral, que según su exposición de motivos declara buscar “empoderar a los electores facilitando su acceso a los procesos relacionados con el ejercicio de su derecho al voto.” Aduciendo que “el elector es el eje y protagonista del sistema electoral y debe serlo sin limitaciones ni condiciones procesales que, irrazonablemente menoscaben, limiten o compliquen el ejercicio del voto …” 

El 15 de mayo de 2020, Noticel cita a Rivera Schatz, molesto contra las críticas hechas al nuevo código, y argumentando que el mismo "promueve que el protagonista sea el elector y no los partidos políticos".  Si algo quedó claro de ayer es que, bajo la aplicación del nuevo código, el elector fue atropellado y vilipendiado en el ejercicio de sus derechos.  El conceder poderes plenipotenciarios al presidente del CEE, fue un acto burdo de arrogancia política que le reventó en la cara al PNP.

Para fines de mayo, los partidos de minoría denunciaron que el Código aprobado por el Senado carecía del aval de éstas, y que su aprobación era un atropello y un golpe al sistema electoral que por décadas había dado confianza a los votantes. En esos momentos se emplazó a la gobernadora Wanda Vazquez Garced, para que mantuviera su palabra y no firmara un proyecto que no tenia el consenso de todos los partidos políticos.  En particular, Lind Merle, Comisionado Electoral del PPD le advirtió a la gobernadora que "la tentación de tomar ventaja para mantenerse en el poder es enorme y muy difícil de manejar…las obligaciones de un líder no pueden estar sujetas a las amenazas de un partido". 

Sin embargo, Wanda, como buena política y militante del PNP, además de seguidora de Rivera Schatz, se hizo de oídos sordos y abdicó su palabra, aprobando el Código. Ella estaba advertida, pero decidió hacer como Poncio Pilato y lavarse las manos. “En guerra avisada no muere gente”.  Por eso, sus lamentos de ayer y los que escucharemos esta próxima semana, son, como diría un amigo, retórica “culi-sacandi”. Wanda también es responsable del desastre ocurrido ayer, y del que se avecina en las elecciones de noviembre.  

A Tommy y Wanda se les olvidó que el nuevo código electoral, aprobado en medio de la pandemia, también estaba sujeto a ser contaminado con el virus.  Pero con un virus peor que el Covid-19, el virus del engaño, la mentira, el poder y la ambición desmedida. Ahí reside el mal de este nuevo código electoral.

La desconfianza que existe en el país con este gobierno de turno y con las instituciones políticas y gubernamentales no tiene precedentes. Una forma para evitar la catástrofe que se avecina en noviembre, es DEROGAR, de inmediato, el nuevo código electoral, y RESTAURAR la ley electoral anterior.  Esto debería ocurrir con premura antes de las elecciones de noviembre.  Veamos si hay babilla política o si el PNP acaba de implosionarse.