(San Juan, 11:00 a.m.) Lymaris Suárez, del programa [auspiciado por el Partido Nuevo Progresista] Nación Z, entrevistaba al candidato a Comisionado Residente por el Partido Independentista Puertorriqueño, Luis Roberto Piñero en el día de hoy. Le preguntaba, literal, “si los verdes eran una alternativa a los rojos y azules”. Lymaris, muy poco preparada en la plataforma electoral del PIP, se atrevió a preguntarle a Piñero si ellos tenían una plataforma anticorrupción. Es decir, una ignorancia sobre lo que no es normal.
Mas allá de la precariedad intelectual de la pregunta, uno se plantea si el problema es la corrupción, o la narrativa que la sostiene. Lymaris Suárez parte de la premisa que la corrupción es parte de nuestro entendido social. Y por más que vive diciendo que hay que erradicarla, no es posible. Es parte de la vida.
Para Lymaris, en su interlocución hoy en la radio, la corrupción es un asunto normal, que los partidos políticos mayoritarios reproducen y con la cual el pueblo se ha acostumbrado. Mientras, los partidos no dominantes, entre otros el PIP, tienen que demostrar que ellos son distintos y que no son corruptos. Los otros no tienen que demostrar ni lo uno ni lo otro, simplemente habitan en ese mundo de la corrupción.
Es interesante, que luego de 15 años de promover el ocaso de los partidos tradicionales, desde la emergencia de puertorriqueños Por Puerto Rico (PPR), fundado en el 2007 por Rogelio Figueroa, nada indica que estos han desaparecido. Al día de hoy siguen en la política activa eligiéndose y religiéndose.
Hoy, según las encuestas oficiales y no oficiales, so los partidos tradicionales los que serán reelectos en el quehacer político del país. Mientras, seguimos hablando de la corrupción, como si fuera un activo nacional, y todos somos felices. Pensemos.