“Para muestra un botón basta”, es un dicho popular que significa que no hay que enseñar la totalidad de una cosa (incluyendo carácter de una persona) porque con un simple acto o ejemplo es fácil de entender y deducir el resto. O sea, un solo hecho puede representar y ser prueba suficiente de algo. En el caso que nos ocupa queremos discutir cómo, a nuestro juicio, ciertas actuaciones de nuestros candidatos a la gobernación develan su verdadero carácter.
Comenzaremos con Alexandra Lúgaro, ya que es quien está en la picota pública en estos días por haberse apropiado de las ideas intelectuales y creativas de una campaña política de Argentina. En la discusión entiendo es irrelevante el hecho de que ella profese ser atea, sea madre soltera o sus posturas sobre el cannabis. Porque ninguno de esos asuntos de por sí la descalcifican de poder ser una buena administradora para el país. Sin embargo, otra cosa es el plagio - robo - de ideas. Más allá del plagio de ideas lo son sus justificaciones para haberlo hecho. Alexandra es una mujer abogada, inteligente, hábil y capaz. Ella se quiere proyectar como la nueva alternativa para eliminar de nuestro país la corrupción, malas costumbres y malos manejos con la que los partidos principales de gobierno han administrado esta isla. El problema es que plagiar es apropiarse de una idea que no es propia como si lo fuera. En palabras sencillas es un acto de robar. Y ese es uno de los mayores problemas que tienen los políticos y que el país rechaza vehementemente. Además, Alexandra, mostró parcialidad con sus expresiones durante el incidente donde Néstor Duprey se vio forzado a renunciar. Y aclaro, no se mal entienda que de forma alguna sanciono las alegadas actuaciones de ese señor. Sin embargo, Alexandra como candidata a la gobernación, al momento de destaparse ese incidente emitió una opinión personal valorativa, donde enjuició el carácter de una persona sin permitirle si quiera la oportunidad del debido proceso de ley. Un candidato balanceado, estimo, sí debió pedir la renuncia, pero no pasar juicios anticipados, sino dar espacio para que las personas envueltas dilucidaran sus controversias en un foro imparcial. En ese sentido Alexandra Lugaro se presenta como una candidata prejuiciada.
Pedro Pierluisi, por su parte, quiere proyectarse como ese caballero de voz dócil, suave y pausada, dando la impresión se ser un candidato maduro y sensato para gobernar al pais. El problema es que la trayectoria política de Pierluisi lo pone al descubierto como artífice de la corrupción rampante de su partido. Su trabajo cuando ocupó el cargo de Secretario de Justicia no hizo nada por aplacar la corrupción en el país, fue asesor de la Junta de Control Fiscal para desmantelar las pocas instituciones públicas que tiene el país y peor aún para imponernos a todos los puertorriqueños el pago por una deuda inconstitucional, dejar a los pensionados sin dineros para la vejez y descalabrar la Universidad de Puerto Rico. Él es parte de ese esquema. Recientemente, luego del fracaso de las primarias, fue tibio su postura de pedir la renuncia del presidente, Juan Ernesto Dávila. Y cuando al fin el hombre renunció, Pierluisi entró en el juego de la manipulación política al solo querer dar un nombre para un futuro candidato, en vez de proveer un listado con varios nombres para facilitar y agilizar los procesos. Todas esas actuaciones de Pedro Pierluisi reflejan que es como el lobo vestido de cordero, que trabaja para favorecer la elite del país. Pierluisi no ha demostrado ser buen administrador ni tener los mejores intereses para el país.
Charlie Delgado Altieri es como un enigma para el país, más allá de los límites de Isabela. A pesar de que es ahora cuando empezaremos a conocer su verdadero carácter, si hay algo que surgió de los debates primaristas que levanta bandera. Me refiero a su actitud, como se dice en inglés, “patronizing”, al no querer debatir sobre temas controversiales que le cuestionaba Carmen Yulín, única candidata mujer. Su actitud al evadir un debate político respetuoso con una mujer pone en entredicho de si estamos ante un candidato con visos chauvinistas o de pensamiento retrogrado. Sus respuestas a temas sobre la comunidad LGBT y otros que podríamos decir tienen que ver con la “moral” levantan bandera. También su discurso de tener un superávit en su municipio y la realidad de que él permitió que la Junta de Control Fiscal se lo congelara, y el comprarse una Range Rover, que es uno de los vehículos más caros, levanta bandera sobre su capacidad de administrar al país y se verdaderamente sus intenciones son distintas o es más de lo mismo.
Cesar Vázquez del Proyecto Dignidad es poco conocido en la palestra pública. Este partido al ser uno conservador reformista busca regresar a visiones más conservadoras de país y gobernanza. Esas visiones conservadores pueden estar reñidas con derechos adquiridos y realidades actuales. Vázquez no tiene experiencia alguna en administrar el país. Hay que ponerlo en observación.
Eliezer Molina, es un agricultor y candidato independiente a la gobernación. Por su parte, lleva su campaña, mayormente, a través de las redes sociales. Eliezer está siendo valiente en denunciar injusticias sin paños tibios. Sin embargo, vemos que su retórica se ha ido convertido no solo en una agresiva, sino donde se el uso del insulto y de palabras soeces se ha insertado en su discurso como parte natural. Nos ha impactado la forma en que se ha referido a la gobernadora de turno, utilizando lenguaje inapropiado. Opinamos que lo cortés no quita lo valiente. El insulto craso de un hombre a una mujer fomenta la violencia de género que se combate activamente en el país y no tiene cabida en ningún candidato. Este cambio en el tono y en la voz de Eliezer me levanta banderas sobre su carácter para ser un buen gobernante.
Así llegamos a Juan Dalmau, el candidato del Partido Independentista Puertorriqueño. Dalmau ha mantenido, desde mi perspectiva, una proyección personal adecuada y de altura. El no solo ha denunciado las injusticias sino que presenta alternativas interesantes a considerar. ¿Cuál es su debilidad? El temor que un pueblo colonizado le tiene a un candidato independentista porque se piensa que el socialismo o el comunismo entrarán por la cocina.
Una cosa sí es cierta, hay que cambiar la fórmula de gobernar el país. No podemos seguir con más de los mismo. No podemos permitir que continúe la corrupción política rampante ni que el pueblo siga pagando la mala administración de los gobernantes. Entonces, es importante que evalúes los candidatos y aprendas a votar de forma distinta. Otra cosa, si no te has inscrito, te quedan pocos días para hacerlo. El 14 de septiembre es la fecha límite. Despierta boricua vamos a hacer un cambio. Atrévete.