Pedro Julio Serrano, ¡absuelto! [no causa]

Justicia Social

Con sumo cuidado seguimos el caso del activista y defensor de los derechos de la comunidad LGBTTQIA+ Pedro Julio Serrano Burgos en la prensa.  Serrano Burgos enfrentaba dos cargos por violaciones al Artículo 3.5 de la Ley 54 contra la Violencia Doméstica, por denuncias en su contra el pasado 6 de julio y por las cuales se le arrestó y se le impuso una fianza de $20,000.

La noticia del dia de hoy es que no enfrentará juicio por las imputaciones de violencia de género que pesaban en su contra de parte de su expareja, de acuerdo a la determinación de la jueza Yazdel Ramos Colón del Tribunal de Primera Instancia de San Juan.  Aunque yo no estuve en Sala, los periodistas que si estaban nos señalan:

Aunque es al activista Serrano Burgos a quien se le imputan dos cargos de violencia de género, las dos testigos que sentó su defensa lo presentaron como víctima de agresión por parte de su expareja. En específico, fue descrito como asustado, nervioso y que temía por su vida.

Una de las testigos, que es su vecina, recontó cómo Serrano Burgos le escribió mensajes mientras estaba encerrado en un cuarto, luego de una discusión con su expareja en que se lanzaron objetos contra el piso. A su entender, eran ruidos de vidrio y retumbaron unas tres o cuatro veces.

“Por favor esto es confidencial, está rompiendo cosas”, le escribió el activista.

“¿Quieres que llame a la policía cualquier cosa?”, preguntó Brenda Ramos González, quien vive un piso debajo del imputado.

“No sé. Aún no, pendiente por si acaso”, contestó Serrano Burgos.

El intercambio ocurrió a eso de las 4:30 de la tarde y fue la primera vez que intercambiaban mensajes a través de Whatsapp, aunque eran vecinos desde hace dos años. Los mensajes continuaron por espacio de una hora, hasta que ambos sintieron que su compañero estaba calmado.

Serrano Burgos, también empleado del Municipio de San Juan, le indicó que al otro día su pareja tenía cita con una psiquiatra por teleconferencia. Luego, el activista le informó al otro día que su pareja estaba más calmado y que pudo completar su cita.

“Yo estaba en mi apartamento y de momento escucho un ruido fuerte, era como retumbaba, como si estuviesen tirando cosas en el suelo. Puedo decir como unas tres o cuatro veces. Me asusté porque era un ruido fuerte, el apartamento retumbaba. Al poco rato recibo un mensaje de texto de Pedro diciéndome que su novio se había puesto violento y que él estaba un poco asustado”, recordó Ramos González.

La fiscal Linnette Velázquez Grado enfatizó que la testigo no estuvo presente físicamente en el apartamento y que solo podía dejarse llevar por lo que cree que escuchó. También cuestionó si habló con la expareja de Serrano Burgos luego del incidente, a lo que la testigo dijo que no.

A la segunda testigo, una corredora de bienes raíces, Serrano Burgos le solicitó que estuviese preparada para llamar al 9-1-1 cuando él finalizara la relación con su compañero.

Según el testimonio, el activista se disponía a visitar una propiedad en Guaynabo junto a su expareja con miras a comprarla, pues ambos estaban comprometidos y tenían pautado casarse en diciembre de 2020. Al finalizar el recorrido, le daría la noticia a su compañero mientras la testigo, Marian Hidalgo, observaba a la distancia.

“Me dijo que quería ejecutar el plan de esta manera porque tenía miedo, como [su pareja] lo había encerrado en su cuarto días antes sin dejarlo salir… así que me pide también que luego de mostrarle la propiedad lo siga hasta la casa de su mamá”, explicó Hidalgo.

Serrano Burgos conoce a Hidalgo desde hace varios años y tienen una relación cuasi familiar, por eso llegó a la cita antes de la hora pautada, se montó en el carro de Hidalgo y le explicó el plan.

Como parte de las medidas de precaución en el plan, el hermano del activista también estaría en el apartamento que Serrano Burgos compartía con su pareja para vigilar las pertenencias, ya que en ocasiones previas la expareja había roto objetos.

A la hora de ejecutar el plan, el 2 de julio a las 4:30 de la tarde, la testigo no escuchó el intercambio, pero vio cómo la expareja del activista caminaba de lado a lado y trató de entrar al carro de Serrano Burgos.

“Se podía entender que estaba alzando la voz. En una pude ver que trató de abrir la puerta del carro de Pedro Julio y Pedro Julio le hace gesto como que se calme. [La pareja] se fue a las millas, rápido, casi chillando gomas. Luego de eso, Pedro Julio camina hacia mi carro y me pide que lo siga a casa de su mamá. Lo acompaño adentro. Yo también estaba con muchos nervios y quería calmarme antes de guiar”, declaró Hidalgo.

La fiscal, por su parte, insistió que Hidalgo no sustentó que hubo animosidad entre las partes, tanto en el chat de Whatsapp —titulado CASA— del que formaban parte los tres, como al momento en que acabó la relación tras el recorrido.

¡La justicia habló!