(San Juan, 12:00 p.m.) En medio de la pandemia, nos alerta César Rey, sociólogo y exsecretario de Educación Pública, ha resurgido la trata sexual por métodos cibernéticos. Hasta este momento, en este año, hay 21 mujeres desaparecidas en el país, nos informa.
El periódico Metro ha notificado que en el 2018 hubo más de 50 desaparecidos, lo que incluye a niños y hasta personas mayores, aunque según Radio sin Censura, prensa alternativa, esta cifra puede ser mayor y la trata alcanza a varones menores de edad. La falta de vigilancia en las escuelas es atemorizante, ya que hay hombres que merodean los planteles escolares con fines ajenos a la ley. Lo más inquietante es que algunas jóvenes desaparecen por pocos días y son obligadas a prostituirse para sostener los vicios de sus padres. Esto afecta más a los sectores socioeconómicamente bajos, sobre todo a los que sufren la pobreza dura, aquella en que no está presente la educación.
La droga se utiliza para embriagar a las jóvenes y abusar sexualmente de ellas. El problema de las drogas también está conectado a la pobreza. Son los más pobres los que van a parar a la cárcel.
Las desapariciones nos enfrentan a un problema que refleja el estado social en que se encuentra Puerto Rico. La crisis abarca distintas esferas. La pobreza ha crecido tanto por el ciclón María como por el coronavirus y por el colonialismo: la imposición de una Junta de Supervisión Fiscal, los recortes a la educación, los recortes a las pensiones y beneficios marginales, las leyes de cabotaje que encarecen la comida que consumimos, el abandono de nuestra agricultura, una economía cimentada en el capitalismo, sistema que ha sido criticado por el Papa Francisco.
Ahora tenemos un 52 por ciento de la población inmersa en la carencia. Algunos pueblos poseen una tasa más alta de pobreza. Esta puede llegar a 60 y 64 por ciento como en los pueblos de Maricao, Comerío, Jayuya, Guánica y Adjuntas, Tal vez esto haya sido una de las causas del fraude masivo al PUA.
Estamos como en Ayotzinapa, lugar de México donde desaparecieron a más de 40 jóvenes. Invisibilizados y desaparecidos por maleantes, por la corrupción, la trata de mujeres y niños, por la pobreza y por el colonialismo. Solo la unidad de pueblo podrá enfrentar y solucionar estos problemas.