La vejez y la sexualidad en los ancianos homosexuales

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Nuestros ancianos/as se enamoran y sienten deseos sexuales. A pesar que los seres humanos somos seres sexuales, existen mitos y creencias que se han arraigado en nuestras sociedades. Esto ha creado diversos estigmas sobre al acto sexual y sus protagonistas, ya sean parejas heterosexuales o pertenecientes a la comunidad LGBTTIQ.

La sexualidad en la población mayor de 60 años de edad, es un tema poco discutido e investigado, por lo que existen prejuicios y mitos de que las personas de la tercera edad no poseen deseo o capacidad sexual. Esto es totalmente erróneo, ya que la sexualidad en la vejez existe y su práctica dependerá de diversos factores y de la capacidad  de cada persona de manera individual.

Datos del Instituto Nacional de Salud (2019), indican que muchas personas quieren y necesitan tener una relación cercana con los demás a medida que envejecen. Para algunas personas, esto incluye el deseo de continuar una vida sexual activa y satisfactoria. Con el envejecimiento, eso puede significar adaptar la actividad sexual para amoldarse a los cambios físicos, de salud y de otro tipo.

Por otro lado, explica Pérez (2008), que "las personas no pueden ser fragmentadas en determinados períodos de existencia, nacen y llegan al final de sus vidas como seres sexuales. La sexualidad humana es un fenómeno sociocultural que está influido por la calidad de las relaciones interpersonales, el contexto en que nos desenvolvemos y por la integración que hemos hecho de las experiencias vividas" (p.1).

Por lo tanto, el placer sexual es una experiencia deseable y válida para los adultos mayores, genera gran bienestar y forma parte de un proceso natural del ser humano. En la tercera edad, existe todo tipo de afecto y expresión sexual, a pesar de la creencia de que las personas ancianas no son capaces de disfrutar del sexo.

El discrimen contra ancianos/as homosexuales es otro factor que puede interferir en una sexualidad natural en la tercera edad. Muchos homosexuales de la tercera edad son empujados a la soledad, o separados de sus parejas por motivos de índole legal o por viudez.

Habría que agregar que muchos ancianos LGBTTIQ son empujados de regreso al armario y discriminados por otros homosexuales más jóvenes, por lo cual la sexualidad se torna un poco más conflictiva. Es menester reafirmar que envejecer no debe ser sinónimo de debilidad, discrimen o prejuicios. Nuestros adultos mayores son personas que regularmente han dedicado toda una vida a la fuerza laboral y familiar, por lo que es importante respetarles, hacerles compañía y no discriminarles.

El tema de la sexualidad en el ser humano es complejo y se vuelve un problema cuando no se aborda desde la apertura mental. Para una mejor comprensión de estos temas, debemos dejar atrás los prejuicios y tener la disponibilidad de y un interés genuino por adquirir los conocimientos necesarios, que nos permitan tener una sexualidad plena, placentera y alejada de vergüenzas.

Las personas mayores, lejos de constituir un colectivo homogéneo en lo que a la sexualidad refieren, siguen siendo seres sexuales, con deseos y necesidades relacionadas con su propia sexualidad, la cual deberían disfrutar sin dificultad alguna.