TRUMP ¿Podría dejar de ser presiente [algún día]?

Política

(Madrid, 11:00 a.m.) La sociedad está en la nube de la indiferencia, propulsada por individuos que corren detrás de las olas hasta el infinito mundo de la avaricia, de la incomprensión, de la falsa gnosis y sobre todo de la fortuna y del poder político que crea un torrente de ilusión que después desaparece en los desfiladeros profundos de la realidad, cuando constatamos que todo fue un exagerado bulo, sin fundamento y sin sentido común.

-¡Si!, ¡así es!-  Y todo, debido a un megalomaníaco que se presentó como el salvador de USA, porque pertenecía a ese grupo que según la OMS lo define como; ”humanos con trastornos de personalidad que se caracteriza por la idea de grandeza que creen les pertenece”.( Múltiples investigaciones en la Universidad mexicana de Guadalajara del profesor Mario Esparza, lo confirma)

¡Por ahí van los tiros!, porque el carácter voluble, agresivo, retador, manipulador, exagerando las situaciones a sus conveniencias con el solo objetivo de conseguir metas reservadas a hombres excepcionales y, que ellos transforman para adentrarse en ese grupo de sabios inteligentes, es lo que quiso copiar Donald TRUMP, para sentirse aún más megalómano. El mismo que se presentó como salvador de USA, como el mejor presidente de todos los tiempos, como un ser superior, esta vez el mundo acertó, porque para ganar la gloria antes hay que sufrir y Donald TRUMP olvidó que también es humano, y no quiso padecer porque siempre se mostró como caballo ganador, aunque ahora ya no fue el mejor, su carismático carácter y su elevado orgullo le traicionaron, y ahí Donald TRUMP presentó su otra personalidad, la del cambio de ánimo fácil, la de un “loser”  que no acepta la derrota, que quiere ejercer su dominio a través de tribunales, aquella que le otorga esa enfermedad que nos definió Mario Esparza.

No olvidemos la primera aparición en televisión cara a cara con Joe BIDEN, donde fue contradicho en varias ocasiones y se volvió peligroso, agresivo, grosero. Síntomas claros de un enfermo que necesita un tratamiento, aunque Él nunca reconocerá que padece un trastorno megalomaníaco, y de nuevo se creerá en la Casa Blanca, intentando mostrar al mundo su razón, con manipulaciones fuera de órbita y sin ningún fundamento.

Manipulador, oportunista, que basa sus ideas poco definidas siempre en proporción a su fortuna, utilizando estrategias en sus discursos que imitan al populismo, aunque esta vez una mayoría no se dejó conducir por sus prácticas estridentes y el pueblo quiso una ruptura con el modelo que impuso durante cuatro años. Su discurso, el de Donal TRUMP, fue un fracaso, a pesar de apelar a grandes cambios, pasiones, desarrollo, progreso.  No funcionó. La idea fácil no convenció, y el miedo de una nueva era con un presidente ególatra, agrupó a más de setenta millones de americanos, para rechazar sus prácticas complejas y ahora no le votaron porque el aspirante candidato, pacifico, tranquilo, pensador, supo imprimir un carácter de victoria sin megalomanía, ni complejos.

Sus discursos, los de Donald TRUMP, basados en la defensa, se convirtieron en ideas vagas, desdibujadas, mientras que Joe BIDEN con la seguridad y el bienestar, ganó porque su alocución fácil, parecía honesta y muy cercana al sistema europeo, donde la sensibilidad aporta votos.

Estamos en un mundo diferente después del 8 de noviembre.  Ya no hay plaza para los narcisistas con peinados brillantes y corbatas solo al alcance de un puñado. El mundo gira en torno a la sabiduría y el pueblo aprende al compás del nuevo presidente que en sus discursos se preocupó más por las gentes que por él mismo, o sea un nuevo semblante para dirigir el país más importante del mundo, sin gestos en los rostros de odio o venganza, pero con cara limpia y mirada sana que en un principio dirigía a la minoría y que después se transformó en mayoría. Donald TRUMP, se presentó frio y calculador mientras su imagen, muy cercana al “showman” que solo buscó los focos de la televisión.

De otra parte, aunque quiso esconderlo, el lenguaje de Donald TRUMP, con declaraciones racistas hacia México, con la idea de construir un muro, solo fue el inicio de un pensamiento segregador y excluyente, porque añadió a los musulmanes, a los homosexuales, a los latinos, es decir, limitando la frontera entre los “suyos” y “los otros”, porque solo su grupo es bueno,  el de los blancos, de los afortunados, de los cristianos, los demás no sirven y deben ser excluidos. Otro enorme fallo donde su capacidad intelectual está comprometida.

Ese autoritarismo que reta con su mirada y se pierde con ira de prepotencia, que solo es respetado dentro de su círculo, porque si no piensa como Él, es apartado, sin razones aparentes. Un ser detestable, sin alma porque la convirtió en fortuna, sin corazón porque lo dejó escondido en su caja fuerte, repleta de caudales. De hecho, así lo expuso al mundo cuando en una reunión de prensa, en una subida soberbia de autoritarismo expulsó al mexicano Jorge RAMOS, porque criticó su política antiinmigración. Por esta actitud podemos añadir; intolerable, prepotente y arrogante, que solo sabe presentar sus trajes confeccionados de hilo fino, mientras su inteligencia es estática, pragmática y sin alma.   Lo que nos hace preguntarnos, ¡Y qué queda si le quitamos el traje?

Aunque otra de las causas que hicieron que muchos americanos votaran en su contra, fue porque su personalidad arroja un sentimiento misógino. Así lo confirmó Alicia MACHADO, Miss Mundo, cuando públicamente confirmó que se sintió humillada por Él, y así lo hemos podido constatar en sus infinitos comentarios machistas. Si perdió fue también por la inseguridad que lleva encima, porque necesita siempre ser admirado, y cuando no lo admiran, menosprecia con gestos y ademanes poco elegantes. La sumisión no es un adjetivo que Donald TRUMP conozca y si a eso le añadimos una falta completa de empatía, tenemos la imagen perfecta para un rechazo popular.

El mundo de los que dirigen a la humanidad, debe basar sus ideas en conceptos humanistas, y no presentarse con un estereotipo que basa sus ideas en el confrontamiento permanente y en la búsqueda de intereses económicos únicamente.

Eso es a mi punto de vista los que Donald TRUMP hizo de forma anómala para que el terremoto de votos cayera en la oposición, traicionado por sus ansias de poder.

Ahora solo falta la promesa de Joe BIDEN, donde jurará solemnemente fidelidad, protección, preservación y defensa de la Constitución de USA.