Pensando en conceptos gays

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Llegó el momento en que debemos repasar los conceptos básicos que, de una manera u otra debemos conocer para entender los mensajes dirigidos a nuestra Comunidad LGBTTIAQP+. A continuación, les seguimos presentando lo que Javier Javier Méndez Lozada, psicólogo licenciado del grupo “Edúcate” considera algunas de las muchas preguntas y respuestas que todas nos hemos planteado en algún momento de nuestras vidas:

  1. ¿Qué sucede con la orientación sexual y el darse cuenta durante la adolescencia?

La adolescencia es un período en el que las personas se separan de sus padres y familiares y comienzan a desarrollar su autonomía. La adolescencia puede ser un período de experimentación, y muchas personas jóvenes se cuestionan sus sentimientos sexuales. Tomar conciencia de los sentimientos sexuales propios es una tarea de desarrollo normal de la adolescencia. Algunos adolescentes tienen sentimientos hacia el mismo sexo o experiencias que causan confusión sobre su orientación sexual. Esta confusión parece disminuir con el tiempo, con diferentes resultados para distintas personas. Algunos adolescentes desean y participan en conductas del mismo sexo, pero no se identifican como lesbianas, gay o bisexuales, a veces debido al estigma asociado con la orientación no heterosexual. Algunos adolescentes tienen sentimientos continuos de atracción hacia el mismo sexo, pero no participan en actividad sexual alguna o pueden tener conductas heterosexuales durante distintos periodos. Debido al estigma asociado con las atracciones hacia el mismo sexo, muchos jóvenes sienten atracción hacia el mismo sexo por muchos años antes de tornarse sexualmente activos con personas del mismo sexo o de revelar sus atracciones a los demás. Para algunas personas jóvenes, este proceso de explorar las atracciones hacia el mismo sexo conduce a una identidad lesbiana, gay o bisexual. Para algunas, reconocer esta identidad puede poner fin a la confusión. Cuando estos jóvenes reciben el apoyo de sus padres y de otras personas, a menudo pueden llevar vidas saludables y satisfactorias y avanzar por el proceso normal del desarrollo adolescente. Mientras más joven reconozca una persona su identidad no heterosexual, es probable que cuente con menos recursos internos o externos. Por lo tanto, los jóvenes que se revelan a temprana edad particularmente necesitan el apoyo de sus padres y de otras personas. Es más probable que las personas jóvenes que se identifican como lesbianas, gay o bisexuales enfrenten ciertos problemas, como ser acosados o tener experiencias negativas en la escuela. Estas experiencias están asociadas con resultados negativos, tales como pensamientos suicidas y actividades de alto riesgo, como sexo desprotegido o uso de alcohol y drogas. Por el contrario, muchas personas jóvenes lesbianas, gay y bisexuales parecen no tener niveles mayores de riesgo en cuanto a la salud física y mental. Cuando suceden problemas, están estrechamente asociados con las experiencias de prejuicio y discriminación en sus entornos. El apoyo de personas importantes en la vida de los adolescentes es un contrapeso muy útil contra los prejuicios y la discriminación. El apoyo familiar, en la escuela y en la sociedad en general ayuda a reducir el riesgo y fomenta un desarrollo saludable. Las personas jóvenes necesitan cuidado y apoyo, expectativas razonablemente altas y el incentivo para participar activamente con sus compañeros. Las personas jóvenes lesbianas, gay y bisexuales que prosperan a pesar del estrés —como todos los adolescentes que lo logran— tienden a ser personas socialmente competentes, que tienen buenas habilidades de resolución de problemas, que tienen un sentido de autonomía y propósito, y que miran hacia el futuro con optimismo. De manera similar, algunos creen que ciertas personas jóvenes son lesbianas, gay o bisexuales porque no se rigen por los roles tradicionalmente asociados al género (es decir, las creencias culturales referentes a la apariencia y la conducta “masculina” y “femenina” apropiadas).

Independientemente del hecho de que estas personas jóvenes se identifiquen como heterosexuales o lesbianas, gay o bisexuales, enfrentan prejuicios y discriminación basados en la presunción de que son lesbianas, gay o bisexuales. El mejor apoyo para estas personas jóvenes es un entorno escolar y social que no tolere lenguaje ni conductas discriminatorias.

  1. ¿A qué edad deberían revelarse las personas lesbianas, gay o bisexuales?

No hay una respuesta simple ni absoluta a esta pregunta. Los riesgos y creencias con respecto a la revelación son diferentes para los jóvenes que tienen circunstancias distintas. Algunas personas jóvenes viven en familias en donde el apoyo a su orientación sexual es claro y estable; estas personas enfrentan menos riesgos al revelarse, incluso a edad temprana. Las personas jóvenes que viven en familias menos acogedoras pueden enfrentar más riesgos al revelarse. Todas las personas jóvenes que se revelan pueden enfrentar prejuicios, discriminación o incluso violencia en sus escuelas, grupos sociales, lugares de trabajo o comunidades religiosas. Las familias, amistades y escuelas que brindan apoyo cumplen un rol importante para atenuar los impactos negativos de estas experiencias.

  1. ¿Cuál es la naturaleza de las relaciones del mismo sexo?

Las investigaciones indican que muchas personas lesbianas y gay desean y tienen relaciones formales. Por ejemplo, los datos de encuestas indican que entre el 40% y el 60% de los hombres gay y entre el 45% y el 80% de las lesbianas actualmente están involucrados en una relación romántica. Además, datos del censo estadounidense del año 2000 señalan que de 5.5 millones de parejas que vivían juntas sin estar casadas, cerca de 1 de cada 9 (594,391) tenía pareja del mismo sexo. Aunque los datos del censo casi con certeza subestiman la cantidad real de parejas del mismo sexo que cohabitan, indican que hay 301,026 hogares compuestos por parejas de varones y 293,365 hogares compuestos por parejas de mujeres en los Estados Unidos. Los estereotipos con respecto a las personas lesbianas, gay y bisexuales han persistido, a pesar de que los estudios han demostrado que no son ciertos. Por ejemplo, un estereotipo es que las relaciones de lesbianas y hombres gay son disfuncionales e infelices. Sin embargo, los estudios demuestran que las parejas homosexuales y heterosexuales son equivalentes en cuanto a los niveles de satisfacción y compromiso de sus relaciones. Un segundo estereotipo es que las relaciones de personas lesbianas, gay y bisexuales son inestables. Sin embargo, a pesar de la hostilidad social hacia las relaciones del mismo sexo, las investigaciones demuestran que muchas lesbianas y hombres gay establecen relaciones duraderas. Por ejemplo, los datos de encuestas indican que entre el 18% y el 28% de las parejas gay y entre el 8% y el 21% de las parejas lesbianas han vivido juntas por 10 años o más. También es razonable indicar que la estabilidad de las parejas del mismo sexo podría aumentar si disfrutaran del mismo nivel de apoyo y reconocimiento para sus relaciones que las parejas heterosexuales, es decir, los derechos y responsabilidades legales asociados con el matrimonio. Un tercer concepto erróneo común es que los objetivos y los valores de las parejas lesbianas y gay son diferentes de los de las parejas heterosexuales. De hecho, las investigaciones han encontrado que los factores que influyen en la satisfacción, el compromiso y la estabilidad de las relaciones son asombrosamente similares entre parejas del mismo sexo que cohabitan y parejas heterosexuales casadas. Existe mucha menos investigación sobre las experiencias en relaciones de las personas que se identifican como bisexuales. Si estas personas están en una relación del mismo sexo, es probable que enfrenten los mismos prejuicios y discriminación que los integrantes de parejas lesbianas y gay. Si están en una relación heterosexual, es probable que su experiencia sea bastante similar a la de las personas que se identifican como heterosexuales, a menos que opten por revelarse como bisexuales; en dicho caso, probablemente enfrenten los mismos prejuicios y discriminación que las personas lesbianas y gay.

 

  1. ¿Pueden las lesbianas y los hombres gay ser buenos padres y madres?

 

Muchas lesbianas y hombres gay son padres o madres; otros desean serlo. En el censo estadounidense del año 2000, el 33% de los hogares con parejas femeninas del mismo sexo y el 22% de los hogares con parejas masculinas del mismo sexo informaron que al menos un hijo o hija menor de 18 años vivía en el hogar. Aunque no hay datos comparables disponibles, muchas personas lesbianas y gay solteras también son padres o madres, y en muchos casos parejas del mismo sexo son padres y madres de tiempo parcial de menores que tienen otra residencia principal.

 

A medida que la visibilidad social y la situación legal de los padres gay y madres lesbianas han aumentado, algunas personas han manifestado su preocupación por el bienestar de los niños en estas familias. La mayoría de estas dudas se basan en estereotipos negativos sobre las lesbianas y los hombres gay. La mayoría de las investigaciones sobre este tema desean saber si los hijos criados por padres gay o madres lesbianas tienen alguna desventaja en comparación con los niños criados por padres y madres heterosexuales.