En el país de la generación de yo no me dejo, ¿por qué ganó el PNP?

Política

(San Juan, 1:00 p.m.) Hoy Benito Martínez, mejor conocido por Bad Bunny, lo tienen de editor invitado de un periódico comercial/corporativo extranjero. Bien le da, todo indica, al hoy enfermo y contagiado artista con Covid-19, dirigir un periódico de forma remota, toda vez que es publicidad.  Publicidad que necesita en momentos que impulsa su cuarta producción discográfica, titulada “El último tour del mundo”.  Todo es publicidad.  Todo es puro entretenimiento. Y uno se pregunta, ¿por qué volvió a ganar el Partido Nuevo Progresista en Puerto Rico?

Contrario a término, el PNP ha vuelto a ganar porque tiene un partido político disciplinado; porque tenían el control de las cámaras legislativas así como del Tribunal Supremo y el ejecutivo, y supieron articular un momento de victoria; pero más que nada, porque lograron mover electores de todos los grupos poblacionales del país.  

En los debates de redes, o en la línea editorial que impulsa la publicidad de Benito Martínez/Bad Bunny, está el dato que los jóvenes no se dejaron en verano del 2019. Lo cierto es que el evento del verano no tuvo consecuencia real para los procesos políticos del país.  La estructura política, la de los partidos políticos, provocó una continuidad en el quehacer administrativo que simplemente hoy se manifiesta como parte de un futuro de terror.  Cuatro años más del PNP, reflejan un momento de terror.  Ahora bien, todo indica, por las muestras y análisis de comportamiento del elector, que el PNP recibió votos de todas las edades, incluyendo los jóvenes. Por ende, la relación entre verano del 2019 y elecciones, de forma antagónica fue mínima.

Es momento de volver a tomar en serio el país y dejar a un lado a los influencers de la radio y la música urbana, que en su lógica han reproducido el país como uno que cree en la estadidad, que puede volver a elegir al gobierno corrupto del PNP, y más que nada, donde la lucha por la igualdad de los ciudadanos americanos residentes en la isla.  Hay que cuestionar esto.  Pensemos.