Biden ante los sucesos del 6 de enero de 2021

Política

La historia ha contestado las preguntas que ha lanzado a la nación estadounidense el presidente Joe Biden en el primer aniversario de la toma por asalto de extremistas ultranacionalistas al Capitolio.

“En este momento debemos decidir qué tipo de nación vamos a ser. ¿Vamos a ser una nación que acepta la violencia política como norma? ¿Vamos a ser una nación en la que permitiremos que los funcionarios electorales partidistas revoquen la voluntad del pueblo expresada legalmente? ¿Vamos a ser una nación que viva no a la luz de la verdad sino a la sombra de la mentira? No podemos permitirnos ser ese tipo de nación”, manifestó Biden en un mensaje que ofreció durante horas de la mañana desde el salón de las estatuas del Capitolio estadounidense.

Desde la Guerra de Secesión, también llamada Guerra Civil de Estados Unidos, pasando por el suceso del asesinato del presidente Abraham Lincoln, hasta los magnicidios del presidente John F. Kennedy y luego de su hermano, Robert F. Kennedy, senador muerto por un disparo el 5 de junio de 1968 en Los Ángeles, durante las celebraciones de su exitosa campaña en las primarias de California en su intento de obtener la nominación demócrata para la presidencia de los Estados Unidos, la violencia política ha sido la norma en esa nación.

De modo que no debe sorprender que un derrotado candidato que aspiraba a ser reelegido a la presidencia para un segundo término, como lo fue el republicano Donald J. Trump, haya pretendido mediante la violencia política y la mentira sobre la ilegitimidad de las elecciones del 3 de noviembre de 2020 que dieron la victoria al candidato presidencial demócrata Joe Biden, revertir la voluntad expresada en las urnas.

Mentiras que han sido desmentidos por falta de pruebas en cada recurso judicial incoado al respecto en los tribunales. 

Cinco personas murieron durante la insurrección en el Capitolio el 6 de enero de 2021 y un total de 140 policías resultaron heridos.

“Por primera vez en nuestra historia, un presidente, que acababa de perder una elección, trató de evitar la transferencia pacífica del poder cuando una turba violenta violaba el Capitolio… El expresidente de los Estados Unidos ha creado y difundido una red de mentiras sobre las elecciones de 2020″, sostuvo Biden en el primer aniversario de la toma capitolina por asalto, alentada desde la Casa Blanca por un presidente derrotado en las elecciones para revalidad a un segundo término en a presidencia de Estados Unidos.

La vicepresidenta Kamala Harris ha indicado que los eventos del 6 de enero de 2021 se suman a otros actos de violencia e incertidumbre en la historia de Estados Unidos, mencionando entre ellos el ataque a Pearl Harbor el 6 de diciembre de 1941 y los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2021.

“Lo que atacaron los extremistas que deambulaban por estos pasillos no fue solo la vida de los líderes electos, lo que buscaban degradar y destruir no era solo un edificio. Lo que estaban atacando eran las instituciones, los valores, los ideales por los que generaciones de estadounidenses ha derramado sangre para defender”, sostuvo Harris, quien era aún senadora por California cuando el Capitolio estuvo bajo ataque.

Las turbas que irrumpieron en el Capitolio federal en Washington salieron de una manifestación encabezada por Trump, en la que exhortó a sus seguidores a pedirle cuentas a los legisladores que certificarían la elección y a su propio vicepresidente Michael Pence, quien rehusó aquel día descartar votos del colegio electoral estadounidense.

Cerca de la mitad de los republicanos de la Cámara baja votó aquel día a favor de descartar votos en estados ganados por Biden. Pese a la violencia, que provocó cinco muertes y dejó con heridas a 140 policías, el Congreso volvió a sesionar horas después y confirmó los votos del colegio electoral que establecían la victoria de Biden.

En el primer aniversario del asalto al Capitolio por turbas republicanas de la ultraderecha, exgenerales de las Fuerzas Armadas, representantes y senadores, destacados analistas políticos y el propio presidente electo Biden han reconocido que la democracia de Estados Unidos está en una condición quebradiza de suma debilidad, como pocas veces antes en la historia de la nación norteña.