Arroz con pollo guisado

Fogón Caribeño
Typography
  • Smaller Small Medium Big Bigger
  • Default Helvetica Segoe Georgia Times

Hace días mi almuerzo fue arroz guisado con pollo (muslos) y amarillitos. Adivinen quien lo hizo… sí, fue abuela. Por eso, la llamé para pedirle la receta de tan exquisito plato. Ella lo prepara para unas cinco o seis personas, así que tenga eso en mente. ¡Espero que nos quede tan rico como a ella!

Los ingredientes y utensilios necesarios son pocos: sazón con y sin achiote, jamón de cocinar, sofrito (o molido, como ella le dice), adobo, aceite, sal, salsa de tomate, un paquete de arroz, muslos de pollo y dos o tres plátanos maduros. Recuerde sacar un caldero, una sartén, un tenedor y un cucharrón.

Primero, preparamos el pollo echando uno o dos sobresitos de sazón con achiote y uno o dos de sazón sin achiote. (Abuela me dijo que la cantidad de sobres de sazón que se vayan a utilizar es a gusto.) Seguido, echamos el sofrito y la salsa con un poquito de agua en el caldero para que se sofría todo y comience a desarrollarse el sabor delicioso que adoptará el arroz más adelante. Mientras el caldero está en el fuego con los ingredientes que le acabamos de echar, vamos picando el jamón de cocinar y los muslitos de pollo en trozos pequeños. Después de adobar los trozos de muslitos, los integramos, junto con los trozos de jamón, a la fiesta de sabor que hay en el caldero y vertemos un poco de agua para que se continúe cocinando. Una vez hierba, echamos el paquete de arroz, añadimos agua, un poco de aceite y una pizca de sal. Tapamos el caldero y dejamos que se cocine todo bien chévere, recordando que hay que ir meneando el arroz de vez en cuando con el cucharrón. Por otro lado, cogemos los plátanos maduros, los picamos y echamos a freír en la sartén para hacer los amarillitos. ¡No los queme, por favor!

No sé cómo hace usted o abuela, pero por lo menos yo pruebo el arroz para saber si está listo o no antes de apagar la hornilla. Si mastico y no lo siento duro ni soso, comienzo a preparar la mesa y a servir. Oiga, no me juzgue, apenas estoy aprendiendo los secretos de la cocina. Deme tiempo. ¡Buen provecho! ¡Bonita tarde!