Desde la intermedia hemos escuchado que los seres humanos tenemos derechos que nos cubren legalmente ante acciones que tomamos. Entre estos están los más comunes: derecho a expresarnos libremente, derecho a libertad de culto, protección ante cualquier discrimen, entre otros. Por estos existen trabajos accesibles, escuelas públicas (aunque algunas reciben amenazas de muerte constantemente) y las huelgas como herramientas de libre expresión.
Como en todo, hemos visto casos donde no se honran estos derechos correctamente. Por ejemplo, las fuerzas de choque en las huelgas y el discrimen ante personas de color en algunos estados de Estados Unidos. En estos casos, es recomendable acudir a los profesionales que han estudiado y se han certificado como abogados para que nos orienten correctamente en cuanto a nuestros derechos y nos defiendan, si es necesario, ante un juez. Lo hemos visto en películas y en las noticias.
Pero, ¿cómo practicamos el derecho entre nuestras comunidades? Luego de conversar brevemente con el Lcdo. Joaquín Nieves Marrero, hemos llegado a una conclusión. Nosotros, como civiles iguales ante la ley, debemos practicar la tolerancia y la convivencia, reconociendo que cada residente percibe al mundo de manera distinta. Hay que aprender a conversar y a intercambiar ideas desde el respeto. Es sumamente importante respetar donde comienzan y terminan los derechos de cada uno. Así se construye una comunidad saludable, consciente y firme ante cualquier adversidad que amenace su estabilidad.