En estos días que nos arropan los polvos del Sahara, entre los espejismos que vive el país vemos arrestos de alcaldes como la orden del día; vemos a la exgobernadora Wanda Vázquez Garced admitir que es objeto de investigación federal y que puede ser acusada próximamente; vemos que se le cierra el cerco al círculointerno del actual gobernador Pedro Pierluisi por subterfugios en contribuciones para su campaña política; vemos múltiples intentos por parte de extranjeros y boricuas acaudalados de saquear y violentar nuestros recursos naturales; y , entre otras cosas, vemos con la facilidad que se otorgan los permisos ilegales para ejecutar esas obras.
Doy atrás a la memoria y vuelvo al famoso verano de 2019. A la misma vez que se estaban dando protestas masivas del pueblo contra el entonces gobernador Ricardo Rosello, la Junta de Planificación (JP) se ensañaba en llevar a cabo “vistas públicas” convocando a la comunidad a expresarse sobre enmiendas que proponían al Plan de Uso de Terrenos para flexibilizar la construcción y el desarrollo en casi cualquier sitio, aun cuando fuese a cuenta de eliminar recursos naturales. La JP forzó las vistas públicas a pesar de que el pueblo estaba protestando en las calles. Su objetivo fue adelantar la agenda de abrirle el paso para que los millonarios que andan comprando a la isla, desplazando a los residentes y encareciendo el costo de adquisición de las propiedades, pudieran comprar y construir en áreas normalmente protegidas o pertenecientes al pueblo.
Recuerdo que en el verano 2020, cuando Wanda Vázquez, por primera vez luego de tres meses de encierro total por la pandemia concedió permiso para que se pudieran hacer actividades deportivas, haber ido a remar a las cabezas de San Juan en Fajardo. Allí me encontré de casualidad con este policía que tenía un negocio alquiler de kayaks. No sé cómo surge la conversación, pero en un momento sale a relucir que mientras todos andábamos encerrados, se estaban llevando a cabo una serie de desarrollos ilegales donde se violentaban recursos naturales en completa impunidad.
Ahora nos estamos confrontando con construcciones ilegales o permisos para desarrollos en áreas protegidas alrededor de toda la isla. Ejemplo de esto es Bahía de Jobos, el balneario de Rincón, la piscina del Condominio Sun & Beach, desarrollos por la playa de Flamenco y otras partes de Culebra. Ello es consecuencia directa de la flexibilización que promovió la JP al hacer cambios al mapa de calificaciones y a las zonificaciones de los terrenos.
Gobernantes estadistas y estadolibristas han pensado al país solo en términos de generar lucro para ellos mismos y otros pocos, a costa del empobrecimiento de muchos.Por debajo de la mesa se acarician las rodillas y sobornan o se dejan sobornar. Es hora ya de limpiar la casa y parar los abusos. Que se limpie la casa de la corrupción rampante. A todo político que no sepa mantener su ética, no solo debería ser objeto de acusaciones criminales, sino que también debería restituir, con intereses, todo el dinero que se ha robado.