Los primeros partidos y persecuciones políticas en Puerto Rico, 1869- 1887

Historia

Luego del proceso de descubrimiento y colonización del Nuevo Mundo por los reinos Ibéricos, estos mantuvieron su exclusividad sobre América y el Caribe por más de ciento treinta años. Esto como consecuencia de los procesos de colonización de Francia, Holanda e Inglaterra. No obstante, España dirigida por la Corona de los Habsburgos retuvo en su poder a los virreinatos de Nueva España, Perú y el resto de sus posesiones en América. No obstante, para comienzos del siglo XIX y en medio de las revoluciones de independencia, España bajo la dirección de la corona de los Borbones sólo pudo retener su dominio sobre las islas de Cuba y Puerto Rico. A pesar de los pensamientos de independencia que se filtraron en las mencionadas islas, como causa de la situación que se vivía en América ambas no pudieron conseguir la misma.

En la segunda mitad del siglo decimonónico, ocurrieron varios eventos significativos que marcaron para siempre la historia de España, Puerto Rico y Cuba. Una de ellas fue la Revolución Gloriosa en España, simultánea con el Gritos de Lares en Puerto Rico y el Grito de Yara en Cuba, durante los meses de septiembre y octubre del año 1868. No obstante, fue la Revolución Gloriosa la cual tuvo un impacto trascendental en las Provincias de Ultramar (Cuba y Puerto Rico). En esta revolución se obtuvo el derrocamiento de la Reina Isabel II y el establecimiento de un gobierno provisional de 1868 a 1871, en donde se le otorgó ciertos derechos a las mencionadas Provincias.

Por otro lado, a pesar de las situaciones que ocurrían en América y Europa, los caribeños comenzaron a fortalecer sus ideologías políticas, tanto así que, al otorgarse el permiso de crear partidos políticos en el año 1869, todo aquello que parecía lejano e imposible se hizo realidad. A partir de 1870, se crearon los primeros partidos políticos con visión, estructura y fundamento. Todos estos partidos presentaron las corrientes políticas que hoy a pesar de que han pasado más de ciento cincuenta años permanecen vigentes; asimilista, separatista y autonomista.

Las concepciones políticas de España hacia sus colonias de ultramar, les permitió a los puertorriqueños fundar el primer partido político, el Liberal Reformista. Los militantes de este partido consideraban que era necesario mantener una mejor relación con España, la cual fuera acorde y justa con las necesidades de la Isla. El Dr. Pedro Gerónimo Goico fue nombrado presidente del partido por la Junta Directiva. El Partido Liberal Reformista tenía una visión asimilista, o sea que Puerto Rico se convirtiera en Provincia Española, sin embargo, este ideal lo estuvieron defendiendo hasta el año 1887.

El Partido Liberal Reformista exigía, tener los mismos privilegios que las provincias peninsulares, entre ellas: el sufragio universal masculino el cual se había limitado a todos aquellos que pagaran su cuota de impuesto y exigían la libertad de prensa. El planteamiento basado en el sufragio universal era válido ante la limitada cantidad de hombres que podían ejercer su voto, lo que no representaba la cantidad poblacional que existía en la Isla.

Sin embargo, el Partido Liberal Reformista no era el único en la Isla, también para el año 1871 se fundó el Partido Liberal Conservador. Este último tenía una ideología económica liberal y político conservador. Este partido era una composición mayormente del sector dominante entre ellos; comerciantes locales y peninsulares. Aunque dentro de la colectividad existía, una división entre; los conservadores puros los cuales no estaban dispuestos a los cambios, y los conservadores moderados los que aceptaban la introducción de nuevas reformas, pero que las mismas no alterarán su sistema social y económico. Los militantes del Partido Liberal Conservador poseían una admiración a España, muchos eran peninsulares, criollos y extranjeros fieles a la madre patria.

En el año 1872 se llevaron a cabo las primeras elecciones y la mayor parte del electorado tenían una ideología conservadora. La limitación del sufragio universal favoreció al Partido Conservador, que no cuestionaba la poca participación electoral. Esta situación continuó en las siguientes elecciones, lo que desmotivó a los miembros del Partido Liberal Reformista. Además, que el Partido Conservador contaba con la simpatía del Gobernador y Capitán General de la Isla. En el año 1874, el Partido Liberal Reformista luego de varios cambios de nombres y nuevas posturas decidió retirarse de la contienda política. No importaba si alguno de sus aspirantes ganaba, al finalizar el proceso eleccionario el Gobernador certificaba a quien quisiera.

A comienzos de julio de 1880, don Ramón Marín Solá se reunió con Román Baldorioty de Castro, para que éste dirigiera el periódico La Crónica. Con la intención de llevar a cabo una campaña a favor de la reorganización del Partido Liberal Reformista, bajo un programa autonomista. Baldorioty de Castro empezó a compartir diversos artículos en el periódico en donde exponía su doctrina autonomista de tipo canadiense. Como respuesta, hubo opiniones a favor y en contra del nuevo enfoque político que tomaba el partido.

Dos tendencias autonomistas competían en la Isla, la canadiense y la cubana. La primera era una visión mucho más radical, en busca de una autonomía política, administrativa y económica. La segunda, en este caso la cubana buscaba una autonomía económica y administrativa. Román Baldorioty de Castro tuvo diferencias con sus correligionarios, pero no con aquellos que tenían una visión autonomista diferente, sino con aquella vieja guardia que repudiaban arduamente la autonomía y se centralizaban en el asimilismo. El director del periódico aceptaba la asimilación, pero como antesala a la autonomía. El Partido Liberal Reformista se fue restaurando bajo la doctrina autonomista, aunque aún sin definir si canadiense o cubana.  

 

 En 1886, el Plan de Ponce surgió de una asamblea donde se presentaron enmiendas y propuestas para la reorganización del partido. Como era de esperarse el Partido Liberal Conservador o Incondicional hizo sus expresiones sobre el Plan y la convocatoria; “un atrevimiento insoportable.” A finales de año, el senador cubano don Gabriel Millet, llegó a San Juan donde compartió con Francisco Cepeda, y le comunicó que apoyarían la doctrina autonomista en Ponce. Para ese entonces también se fundó el comité liberal autonomista presidido por don Julián E. Blanco, donde se presume la naciente división entre la autonomía cubana y canadiense, la cual se venía discutiendo desde hacía un largo tiempo.

           Llegó el año 1887 y de igual modo la afanada Asamblea de Ponce en donde se discutiría la doctrina de partido. Dos opciones estaban bajo discusión, la primera la autonomía canadiense que estaba representada por el comité de Ponce, y la segunda la autonomía cubana que estaba representada por el comité de San Juan. Luego de varias liberaciones quedó constituido el Partido Autonomista Puertorriqueño, con una doctrina autonomista cubana, manteniendo una visión hacia la autonomía económica y administrativa. No obstante, surgieron diversas situaciones no solo políticas, sino entre criollos y peninsulares. Las cuales se fortalecieron con la fundación del mencionado partido,

           Durante el año 1887 surgieron varias actividades de las sociedades secretas que dieron paso a los boicots en contra de los comerciantes españoles. Ante las denuncias de los comerciantes, el gobernador de la Isla, Romualdo Palacios desató una ola de persecución contra los autonomistas según su criterio los causantes de este boicot.

           A esta represión se le llamó como los Compontes, donde muchos militantes del Partido Autonomista fueron interrogados, amenazados y golpeados.  Estos ataques provocaron que muchos de ellos se privaran de sus vidas. Estos actos tuvieron lugar en el área sur de Puerto Rico, particularmente en Ponce y Juana Díaz. Esta represión quedó detalladamente explicada en los libros; Historia del año 1887 de Lidio Cruz Monclova y El terrible año del 87 sus antecedentes y sus consecuencias de Antonio S. Pedreira.  Ante las situaciones que ocurrieron, el Partido Autonomista continuó su hazaña, aunque  más debilitado ante las represiones que surgieron.

           A pesar de los años transcurridos y las transformaciones políticas, los criollos continuaban sufriendo situaciones económicas, sociales y culturales. Como respuesta  crearon las sociedades secretas, con el objetivo de enfrentar los atropellos del gobierno peninsular. Sin embargo, la manera de comunicarse, reunirse y por supuesto entender la filosofía de la sociedad no están muy claras por falta de documentación, que confirme su existencia.