Para la comunidad LGBT+, viva el Siglo XXI

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Los primeros 17 años del siglo XXI han sido de gran importancia y
progreso para la comunidad Lésbica, Gay, Bisexual, Trasexual y
Trangénero (LGBTT), al menos en lo que se refiere a la lucha por
el derecho o el reconocimiento del matrimonio entre parejas del
mismo sexo.

El matrimonio entre personas del mismo sexo, matrimonio
igualitario, matrimonio homosexual, matrimonio gay, matrimonio
para todos o simplemente matrimonio es una institución social de
carácter civil o religioso que reconoce la unión conyugal
concertada por dos personas del mismo sexo, para establecer y
mantener una comunidad de vida e intereses. La definición legal y
los derechos y obligaciones que genera esta institución varían entre
cada país, puesto que las reformas en materia de derecho
matrimonial y de familia difieren alrededor del mundo; así, en un
Estado el derecho de adopción podría no estar reconocido para los
matrimonios entre personas del mismo sexo, lo que contrasta con
las legislaciones de algunos países que permiten la adopción
conjunta para parejas no casadas y sin discriminación por
orientación sexual.

Si bien las uniones del mismo sexo han existido en diversas
culturas a lo largo del tiempo, como en la Antigua Roma o la
provincia china de Fujian, la occidentalización del mundo llevó a
su invisibilización y patologización en los siglos XIX y XX,
resurgiendo con la despenalización de la homosexualidad y la
revolución sexual. Las primeras leyes en reconocer el matrimonio
entre personas del mismo sexo fueron aprobadas durante la
primera década del siglo XXI y los instrumentos jurídicos
empleados según el caso fueron reformas legislativas de las
normas de matrimonio civil, fallos judiciales basados en garantías
constitucionales de igualdad o mecanismos de participación
ciudadana, como las iniciativas populares o los referéndums. El
primer gobierno civil en emitir a sabiendas una licencia
matrimonial a una pareja del mismo sexo fue el condado de Blue
Earth en Minnesota (Estados Unidos) en 1971. Junto a la
institución del matrimonio y, en muchos casos, como alternativa se
han creado instituciones no matrimoniales de carácter civil propias
de cada país y comunidad y con denominaciones distintas, como
parejas de hecho o uniones civiles, cada cual de una naturaleza,
requisitos y efectos ad hoc de acuerdo a la realidad social,
histórica, sociológica, jurídica y política de cada sociedad. Estas
disposiciones alternativas son consideradas por movimientos de
derechos humanos como instituciones apartheid y en muchos
casos (especialmente cuando no otorgan los mismos derechos) son
criticadas por fomentar la discriminación y crear ciudadanos de
segunda.

Hasta octubre de 2022, 34 países (Alemania, Andorra, Argentina,
Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa
Rica, Cuba, Dinamarca, Ecuador, Eslovenia, España, Estados
Unidos, Finlandia, Francia, Irlanda, Islandia, Luxemburgo, Malta,
México, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Portugal, Reino
Unido, Sudáfrica, Suecia, Suiza, Taiwán y Uruguay permiten
casarse a las parejas del mismo sexo. El último país en legalizar el
matrimonio igualitario fue México el 26 de octubre de 2022.

Otro país en lista es Australia, que tan reciente como el pasado 14
de noviembre llevó a cabo una también histórica votación en la que
el pueblo australiano favoreció con un 61 % de los votos el
matrimonio entre parejas del mismo sexo.

Globalmente, instrumentos internacionales, como la Organización
de las Naciones Unidas (ONU) y la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, han elevado a la categoría de Derechos
Humanos el derecho a igual protección de la ley.

En particular para nuestra Comunidad LGBTQIA+ en Puerto Rico
quedará para nuestra historia el dia 13 de diciembre del 2022,
cuando el Presidente de USA, Joseph Biden, con su firma en el
histórico document, convirtió en ley el “Respect for Marriage
Act”.

El presidente afirmó que “la ley y el amor que defiende asestan un
golpe al odio en todas sus formas”. “Decidir con quién se casa uno es una de las decisiones más
personales que una persona puede tomar”, afirmó el mandatario,
quien argumentó que el matrimonio debería reducirse solo a dos
preguntas: “¿A quién ama usted?” y “Será usted fiel a la persona
que ama”.

”Esta ley reconoce que cada uno debe tener el derecho de
responder a esas preguntas por uno mismo, sin la interferencia delGobierno”, añadió. El ambiente triunfalista se desarrolló con el telón de fondo de una reacción violenta de la derecha en cuestiones de género, que ha alarmado a la comunidad LGBTT y a sus defensores.

La nueva ley tiene como objetivo salvaguardar los matrimonios
homosexuales si la Corte Suprema de los EE. UU. alguna vez
revoca Obergefell v. Hodges, su decisión de 2015 que legalizó las
uniones entre personas del mismo sexo en todo el país. La nueva
ley también protege los matrimonios interraciales. En 1967, la
Corte Suprema en Loving v. Virginia revocó leyes en 16 estados
que prohibían el matrimonio interracial.

“El Congreso ha restaurado cierta medida de seguridad para
millones de matrimonios y familias”, dijo Biden en un comunicado
cuando se aprobó la legislación la semana pasada. “También han
brindado esperanza y dignidad a millones de jóvenes en todo el
país que pueden crecer sabiendo que su gobierno reconocerá y
respetará las familias que construyen”.

La firma marcó la culminación de un esfuerzo bipartidista de un
mes de duración provocado por la decisión de la Corte Suprema en
junio de anular Roe v. Wade, el fallo de 1973 que hizo que el
aborto estuviera disponible en todo el país.

En una opinión concurrente en el caso que anuló a Roe, el juez
Clarence Thomas sugirió revisar otras decisiones, incluida la
legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo,
generando temor de que la mayoría conservadora de la corte pueda
poner en peligro más derechos civiles.

Los legisladores elaboraron un compromiso que pretende disipar
las preocupaciones de los conservadores sobre la libertad religiosa,
como garantizar que las iglesias aún pudieran negarse a realizar
matrimonios homosexuales.

Además, los estados no estarán obligados a emitir licencias de
matrimonio a parejas del mismo sexo. Pero estarán obligados a
reconocer los matrimonios celebrados en otras partes del país.
La mayoría de los republicanos en el Congreso aún votaron en
contra de la legislación. Sin embargo, lo apoyó lo suficiente como
para eludir un obstruccionismo en el Senado y asegurar su
aprobación.

“Juntos demostramos que es posible que demócratas y
republicanos se unan para salvaguardar nuestros derechos más
fundamentales”, dijo Biden. Desde que se convirtió en presidente, Biden ha revertido los
esfuerzos del presidente Donald Trump para despojar a las
personas transgénero de las protecciones antidiscriminatorias. Su
administración incluye al primer miembro del gabinete
abiertamente gay, el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, y la

primera persona transgénero en recibir la confirmación del Senado,
la subsecretaria de Salud, Rachel Levine.

Mientras eso está pasando en USA, en el Caribe, el Joint Court of
Justice de Aruba, Curaçao, Saint Maarten y de Bonaire, Saint
Eustatius y Saba declaró que sus ciudadanos tienen derecho al
matrimonio entre parejas del mismo sexo.

Cuba, Puerto Rico, U.S. Virgin Islands, St. Martin y St.
Barthélemy son las otras jurisdicciones caribeñas donde parejas del
mismo sexo pueden casarse legalmente. No todo son logros para nuestra Comunidad. El parlamento de
Indonesia aprobó este martes una polémica reforma de su código
penal que hace retroceder a la mayor nación del sudeste asiático —
con 272 millones de habitantes— varias décadas en los derechos
alcanzados en materias de libertades sexual, religiosa y de
expresión. La reforma, la más amplia en la historia del mayor
archipiélago del mundo (con 17.000 islas) incluye artículos en los
que se prohíbe el sexo extramarital, la cohabitación entre parejas
no casadas, la apostasía o la difamación contra los dirigentes.

El nuevo código, que se aplicará tanto a indonesios como a
extranjeros, ha sido aprobado con el apoyo de todos los partidos
políticos a pesar de los temores de que la legislación ahuyente a los
turistas de sus paradisíacas costas tropicales y perjudique las
inversiones. Decenas de ONG y grupos civiles han salido a las
calles a denunciar los cambios, según informa la prensa local.

Cosas veredes…